Gorrión alpino: el montañés esquivo
Pardal d´ala blanca - Montifringilla nivalis (White-winged Snowfinch)
He aquí una de las aves residentes más difíciles de ver en la Península Ibérica donde cría exclusivamente en los Pirineos y en los Picos de Europa. Éste último macizo constituye el extremo occidental de su distribución mundial que, por la otra punta, alcanza el centro de China. El gorrión alpino habita territorios rocosos de alta montaña, entre los 1.800 y los 5.300 metros pero solo en una estrecha franja de clima templado.
Se calcula que al menos cincuenta parejas crían en Catalunya y, por ser tan pocas y moverse tan arriba, es una especie francamente difícil de encontrar durante la primavera y el verano.
No obstante, en invierno recibimos entre 1.600 y 2.300 ejemplares que parecen proceder de los Pirineos de Huesca con algún caso aislado venido desde los Alpes. Además, descienden a cotas más bajas y, durante las olas de frío polar, algunos individuos llegan hasta el nivel del mar. Excepto por esos flojeras, el gorrión alpino se ríe del frío ya que normalmente, incluso en invierno, permanece junto a la línea de nieve.
Un buen sitio para intentar verlo es la cima del Turó de l´Home, en el Montseny, lugar que frecuenta casi cada año entre finales de diciembre y finales de febrero.
Durante los meses fríos se alimenta de semillas, mientras que en verano se pasa a la dieta de insectos (ortópteros, dípteros y coleópteros) con la cual alimenta en exclusiva a sus polluelos. De punta de pico a punta de cola mide unos 17 centímetros. Machos y hembras son muy similares aunque la hembra tiende a tener colores más apagados.
