Salida a la Reserva Ornitológica Finca San Miguel
28 y 29 de noviembre de 2015

La Reserva Ornitológica de San Miguel, como SEO explicaba en la página del proyecto de micronecenazgo, fue declarada en 2013 en una apuesta por la gestión sostenible del territorio y una experiencia de compromiso social. La implicación de la familia propietaria de las casi 1000 hectáreas de finca agrícola se explicitó en su solicitud de declaración de la reserva a SEO/ Birdlife, en un intento de transformar el espacio hacia un modelo sostenible y con perspectivas de explotación ecoturística.

En un momento en que debemos exigir de las empresas una decidida apuesta por la responsabilidad social corporativa, exigiéndoles desde las entidades conservacionistas no sólo el cumplimiento de las leyes, sino elaborar protocolos y sistemas de gestión que se impliquen de manera activa en la protección del medio y de la biodiversidad, SEO/Birdlife, como entidad conservacionista de referencia en España puede ser un vector de propagación de esta necesidad de responsabilidad social, en especial entre las empresas agrícolas. En este sentido la Reserva Ornitológica de San Miguel es un ejemplo de cómo se debe trabajar para conseguir resultados.

Si a ello le sumamos el uso de las plataformas de micromecenazgo nos encontramos ante un proyecto ilusionante en el que el Grupo Local Seo Barcelona participó a través de la aportación de una cantidad de dinero y sumándose parte de sus miembros como voluntarios a la instalación de los distintos elementos.

La salida a la Reserva Ornitológica Finca San Miguel se programó como como una jornada festiva de colaboración con los grupos locales de Aragón, tras nuestra aportación económica a la iniciativa de SEO/BirdLife “San Miguel, una reserva de vida”, financiada mediante crowfunding (“Cooperación colectiva, llevada a cabo por personas que realizan una red para conseguir dinero u otros recursos, se suele utilizar Internet para financiar esfuerzos e iniciativas de otras personas u organizaciones”. Fuente: Wikipedia) en el que 169 mecenas colaboramos con 6.365€ de los 5.900€ previstos. Las aportaciones se han destinado a:

• Construcción de cajas nido para carraca europea
• Compra de señuelos de garcilla bueyera para favorecer la recuperación de la colonia
• Construcción de una isla flotante para la nidificación de aves

Nuestros compañeros aragoneses, plantearon además una actividad de pajareo estepario para el domingo, por lo que disfrutar de las frías noches de La Franja era obligatorio. La expedición partió de Barcelona, un tanto desmigajada. Algunos llegamos el viernes por la mañana, otro el viernes por la tarde, el grueso del grupo el viernes por la noche y los pobres rezagados, aparecieron directamente en la reserva el sábado para, de inmediato, ponernos todos a trabajar.

En total, catorce representantes del Grupo Local SEO Barcelona, que acudimos a la Jornada de Voluntariado con SEO/Birdlife de Zaragoza y Huesca. Tras las protocolarias presentaciones con los colegas de la Delegación de SEO/BirdLife en  Aragón y de los Grupos Locales de Huesca y Zaragoza, estudiantes en prácticas y otros colaboradores, nos tomamos el café (o bebida al gusto) en la cantina de la finca y debidamente motorizados nos desplazamos hacia el Embalse del Pas, donde el personal se dividió en dos grupos de trabajo:

• Uno para el montaje y construcción de una isla flotante para la nidificación de aves.
• Otro para colocación de 5 cajas nido para carraca europea (Coracias garrulus) y de señuelos de garcilla bueyera (Bubulcus ibis) para favorecer la recuperación de la colonia.

Evidentemente, el más numeroso fue el grupo para el montaje y construcción de la isla que, a pesar de la experiencia de los lugareños por haber montado ya dos de ellas, el descargar tooodo el material de la furgoneta ya suponía una ardua labor.

La meteorología fue benévola con los voluntarios que, herramientas en mano y como si de un puzzle se tratara, fueron dando forma a una balsa de tablones de madera con flotadores de poliestireno.

Pero no todos se dedicaron a la construcción de la isla, ¡nooo! Nuestro intrépido coordinador, junto con una de las compañeras del grupo de Aragón se plantó en una piragua y ¡al agua patos! Tocaba inspeccionar el estado de las dos islas que ya se habían instalado tiempo atrás en el mismo embalse, por si había que llevar material de reparación o podía corregirse algún error en la que se estaba realizando.

Mientras, en tierra, unos seguían taladrando, los otros iban trasladando y atornillando los tablones y pieza a pieza todo encajaba a la perfección. No faltó detalle. Los enganches para las anclas. Las rampas para las crías. Los “refugios” hechos de botelleros cerámicos para evitar predadores.

Los que se fueron con los reclamos y las cajas nido, poniendo en peligro su integridad física, treparon por una larguísima escalera para dejar bien orientados los futuros hogares de las carracas y elegir el mejor lugar para los señuelos de las bueyeras, aunque daba la impresión que eran tan reales que alguien hubiera vuelto a Barcelona con una garcilla bajo el brazo, aunque fuera de resina.

Pero aunque parezca que lo tenemos todo controlado, no es así. Una vez estuvo la isla construida llegó el momento de botarla.

Todos a una, la trasladaron hasta la orilla del embalse, se bajó al agua y se volvieron a embarcar en las piraguas para remolcarla hasta su ubicación… y la fresca y apacible mañana otoñal, empezó a dejar de serlo, porque apareció el frío cierzo que en principio parecía suave, pero que fue aumentando de intensidad de tal manera que imposibilitó la maniobra de colocación de la balsa en su lugar. Dos piraguas y una barca con cuatro esforzados remeros a bordo no fueron suficientes para remolcar la estructura de unos trescientos quilos, que no se movió de la orilla.

Con buen criterio, los coordinadores decidieron posponer tal tarea para una próxima jornada en la que las condiciones climatológicas fueran más apropiadas.

La mañana se había alargado y los estómagos pedían a gritos, después del esfuerzo, una recompensa, por ello, en un plis-plas entre todos se recogieron las herramientas, barca, piraguas y todo lo que se había utilizado para la construcción y, previa comunicación con el equipo de cajas nido-señuelos, nos dirigimos hacia la cantina a reponer fuerzas.

Tras una afable comida de hermandad, que compartió con todos nosotros el propietario de la Finca, Manel Raventós, éste propuso una salida ornitológica para intentar avistar búhos reales y otras rapaces que él suele ver en sus salidas por los alrededores. Nada. Salida infructuosa en cuanto a las aves que se pretendía ver.
El fin de fiesta fue una visita al supermercado de Almacelles para provisionar la despensa de cara a la cena de los desplazados desde Barcelona.
El domingo empezó temprano, a las siete debíamos dejar la casa, para estar puntuales a ocho en Alcolea de Cinca, donde nos esperaban varios compañeros de SEO Aragón para una salida pajarera por las tierras del Bajo Cinca-Monegros.
La primera parada fue en las Ripas de Alcolea, donde intentamos, sin ningún éxito, avistar el treparriscos (Tichodroma muraria)… otra frustración a nuestra lista. Desde allí nos guiaron hacia una zona agrícola donde pudimos ver, principalmente, una bandada de unas 600 grullas comunes (Grus grus).

Fue ya en el término de Bujaraloz donde pudimos observar un  grupo de 19 avutardas comunes (Otis tarda), perdiz roja (Alectoris rufa) y algún visionario de los presentes aseguró haber oteado un sisón común (Tetrax tetrax) pero sobre este extremo no hubo el consenso suficiente para poderlo ratificar.

Sin más avistamientos destacados, volvimos al Hostal Restaurante El Español, en la N-II, en Bujaraloz, donde una vez más compartimos mesa con los compañeros aragoneses.

Después de comer, de vuelta a los coches para dirigirnos al Llano de las Menorcas, para intentar dar con la alondra ricotí (Chersophilus duponti), pero ni los prismáticos, ni los telescopios nos dieron la más mínima pista sobre el rocín, por lo que tuvimos que anotar un cero más en nuestra particular quiniela ornitológica. El horario de invierno nos obligó a recoger los bártulos y que los maños nos dejaran ya encaminados de vuelta a Barcelona.

¿Qué nos queda?

El recuerdo de un magnífico fin de semana de convivencia con los compañeros de nuestro Grupo Local, compartiendo casa y mantel (aunque no agua, pues hubo un problema con el suministro y nos las vimos y nos las deseamos para las cuestiones “higiénicas”). El buen recibimiento que nos dieron los colegas aragoneses, que nos hace plantearnos que les debemos una…

Ver que se pueden hacer cosas distintas de las habituales, sólo es cuestión de buscar cómo y dónde. Pedir a las señoras lechuzas, que habitaban en la casa que ocupamos, que si alguna vez volvemos, no sean tan tímidas y se dejen ver,  ¡porfaaaaa!

Agradecer la colaboración y buena disposición de tod@s y cada un@ de l@s participantes en este encuentro que, en cuanto a lo que ha estado a nuestro alcance, ha salido de diez. ¡Hasta la próxima!