¡Conócelas!

Indicador grande: mutualismo muy dulce
Indicador de la mel gros - Indicator indicator (Greater Honeyguide)

Primer indicador que saco a relucir en “Conócelas”. La familia Indicatoridae consta de 16 especies de las cuales una está en los Himalayas, otra en Malasia y Borneo y el resto son todas africanas. Los parientes más cercanos de los indicadores son los pícidos (pájaros carpinteros) pero se comportan como cucos. Casi todos ellos son verdosos por encima y algo más claritos por debajo (crema, blanco, gris…). El indicador grande es una de las dos excepciones a esa norma pero es quien ha dado nombre a la familia porque solo él (y no siempre) indica la miel. Este ave ha conseguido trabajo en supermercados; cuando entra alguien con cara de estar buscando la sección de mieles y mermeladas, lo guía hasta el estante adecuado. Nooo, pero casi. Los ejemplares jóvenes y subadultos del indicador grande – menos frecuentemente los adultos y no en todas partes – han establecido una simbiosis con algunas tribus africanas e incluso atienden a una llamada especial, como la de los Yao de Mozambique, para que los guíen a una colmena. Cuando, gracias a esa colaboración, los humanos han expoliado la miel, el indicador se pone las botas con… la cera. Pero eso sucede cuando sucede ya que, como el indicador grande es perfectamente capaz de alimentarse por su cuenta, ni la mitad de las veces está disponible para hacer de guía. Y a veces lo hace mal y no los lleva a ningún sitio. Aún así, los Yao, sin indicador, tienen un 17% de probabilidades de dar con una colmena apta y accesible mientras que, con indicador, las probabilidades suben al 57%. Me quito el sombrero ante quien obtuvo estas estadísticas.

Por debajo del Sáhara el indicador grande esta ausente (o es tremendamente escaso) en Sudán del Sur y República Democrática del Congo. En el resto de países es entre escaso y común. Se le encuentra en bosques y arboledas abiertas incluidas las de ribera, límites de selvas, terreno arbustivo, terreno agrícola e incluso jardines. Como muy arriba hasta los 3000 m.s.n.m. pero normalmente por debajo de los 2000.

De punta de pico a punta de cola mide entre 19 y 20 cm. A diferencia de la mayoría de sus parientes, presenta dimorfismo sexual: justo bajo estas líneas puedes ver la hembra, al final del texto verás al macho y lo que aparece en la foto de cabecera es un juvenil, con pecho amarillo y alas lisas.

Hembra de indicador grande en Brufut Forest (Gambia 20-1-2025). Foto de Salva Solé.El grueso de su dieta lo constituye la cera de abeja, sustancia que, diríase, además de difícil de digerir no alimenta demasiado. Pero algunos – no todos los – indicadores, como el grande, tienen una microbiota estomacal que ha evolucionado para sacar energía de ese plato tan inusual. La ventaja está clara; nadie compite con los indicadores por semejante ¿vianda? Pero también come algo de miel, normalmente junto con los huevos, larvas y adultos de abejas. Depreda igualmente sobre termitas voladoras, moscas e insectos diversos. El pollo come lo que le den sus padres adoptivos. Por eso están equipados para digerir tanto fruta como pescado aunque luego su estomago se acomodará a la dieta de cera e insectos.

Curiosamente, el indicador grande, en las zonas secas de los trópicos se reproduce en la estación húmeda, mientras que en las regiones húmedas se reproduce en la estación seca. Los machos emiten sus cantos nupciales y realizan vuelos de exhibición en un territorio propio que defienden de otros machos y que pueden ocupar durante años o solo durante meses. Intentarán aparearse con tantas hembras como puedan (rara vez más de tres). Y éstas, si tienen ocasión, también buscarán un segundo o tercer macho. Luego, para hacer su puesta, ellas irán eligiendo parejas despistadas de abejarucos, barbudos, martines pescadores, carracas, abubillas o carpinteros; aves que crían en huecos o en madrigueras. Como segunda opción pueden parasitar a zorzales, suimangas, gorriones o carboneros. La hembra de indicador grande pone un solo huevo por nido. Pero en la temporada de reproducción puede llegar a poner 20 huevos. A menudo perfora los de la pareja hospedadora para eliminar la competencia. En caso de que se olvide de ello o no le de tiempo, cuenta con el plan B; el pollo de indicador nace con un gancho en el pico con el cual, aún antes de abrir los ojos, matará a cualquier otro pollo que encuentre en el nido. Empieza su vida, pues, de forma éticamente cuestionable. Los padres adoptivos involuntarios – como sucede con los cucos – alimentarán al inquilino. Al poco de empezar a volar (tardará entre 35 y 40 días) abandona a la familia y se busca la vida por su cuenta, sin necesidad de ser expulsado. En pocos días puede alejarse de allí unos 10 km. Como adulto hará desplazamientos diarios de hasta 20 km pero siempre dentro de una misma área; es una especie sedentaria que, no obstante, ha de moverse bastante para localizar colmenas. Y, a veces, a gente que ande a la búsqueda de miel, aunque no será en un supermercado.

La IUCN lo califica de “no amenazado” porque, si bien escasea en varios países, le favorece el clareado de bosques que los humanos practicamos en beneficio propio (al carajo la biodiversidad). Otras especies de indicadores son mucho más vulnerables a la alteración de sus ecosistemas.

Macho indicador grande en Tendaba (Gambia 25-1-2025). Foto de Salva Solé.

eBird

Salvador Solé

Ornitólogo, fotógrafo, viajero y articulista. Socio de SEO/BirdLife desde 2002, colabora con el Grupo Local SEO Barcelona desde su fundación en 2010 y desde el mismo imparte cursos y charlas, también es guía de excursiones ornitológicas divulgativas.

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