Jabirú africano: víctima de la agricultura
Ephippiorhynchus senegalensis – Saddlebill
La familia de las cigüeñas (Ciconiidae) tiene algunos integrantes estrafalarios, como este. Vive en humedales diversos siempre que sean de grandes dimensiones; lagos, marismas, orillas de ríos, saladares… A veces se aleja bastante del agua y camina por la sabana y los herbazales, aunque evita el bosque cerrado. Es de hábitos sedentarios, pero campea en amplias zonas a la búsqueda de comida. Se le suele encontrar solo o en parejas, rara vez en grupos que superen los doce ejemplares si bien, excepcionalmente, se puede concentrar un centenar allí donde haya un superávit de comida fácil y abundante.
Su área de distribución es subsahariana, aunque está ausente o resulta francamente escaso en muchos países de la franja centroafricana y del S.O. del continente. Las poblaciones más norteñas viven en el N.O. de Senegal, el S.O. de Mauritania, el centro de Niger y el norte de Etiopía. Por el sur alcanza el N.E. de Sudáfrica y Suazilandia.
De punta de pico a punta de cola mide entre 145 y 150 cm y alcanza los 270 cm de envergadura alar, superando a los ejemplares medianejos de buitre negro (Voltor negre). No madura sexualmente hasta cumplidos los tres años pero, en cautividad, puede vivir hasta los treinta y seis, así que en libertad llegará a los veinte o veinticinco.
La única diferencia visible entre ambos sexos es que la hembra tiene el iris amarillo (foto de abajo) y el macho marrón oscuro (foto de cabecera)
Se alimenta principalmente de peces de hasta medio kilo de peso pero no desdeña los insectos, caracoles, camarones, cangrejos, ranas, reptiles, pequeños mamíferos y crías de aves. Parece ser que no consume materia vegetal, lo cual lo convierte en un carnívoro irredento que se ríe de los veganos.
La desecación de humedales – por ejemplo, para convertirlos en zonas agrícolas – la contaminación del agua por pesticidas y la presión humana pura y dura ha reducido sus poblaciones y se le considera un ave poco común en la mayoría de sitios. Muy a grosso modo se calcula que deben quedar unos 25.000 ejemplares, pero no hay un censo fiable. Desde las fotos os saludan ejemplares que retraté en el Murchison Falls N.P. (Uganda).