Halcón de Eleonora: profesional de las migraciones
Falcó de Elionor - Falco eleonorae (Eleonora’s Falcon)
De los siete halcones que se ven en Catalunya, éste es el más escaso. Al ser un ave estrictamente migratoria en nuestro territorio (aunque cría en las Baleares) resulta visto y no visto. Su máximo de paso se da entre junio y julio, y aunque hay citas también en mayo, septiembre y octubre, entre noviembre y marzo no hay ninguna. Y solo dos en abril. El eBird delata las zonas que frecuenta.
Por lo que se sabe (hasta julio del 2024, cuando escribo estas líneas) solo se reproduce en huecos de acantilados de islas e islotes mediterráneos. Pero también en el Atlántico: varios enclaves de las Islas Canarias y la costa de Marruecos. A veces hace el nido en el suelo, bajo arbustos. Datos del año 2006 evidenciaron que el 90% de ejemplares de esta rapaz cría en las islas de Grecia: cosa de 12.300 individuos reproductores. Al igual que los cernícalos, se junta en colonias que pueden constar de unas pocas decenas de parejas o llegar hasta las 300.
Madagascar es su principal cuartel de invernada seguido de las Islas Comores, Seychelles, Mauricio, Reunión y un par de zonas del interior de Mozambique.
De punta de pico a punta de cola mide entre 36 y 42 cm, siendo las hembras, en promedio, algo mayores que los machos pero con idéntico plumaje. Los ejemplares de las fotos son adultos. Las hembras de mayor talla alcanzan los 105 cm de envergadura alar; solo 9 cm por debajo de la envergadura máxima de las hembras de halcón peregrino (falcó pelegrí) así que el de Eleonor es nuestro segundo halcón más grande. El alcotán europeo (falcó mostatxut) se queda, como mucho, en los 84 cm.
En la foto de arriba se aprecia el tono pardo de las parte superiores del halcón de Eleonora adulto, que lo distingue del gris que caracteriza al alcotán, la especie que más se le asemeja. Pero los juveniles de ambas son casi indistinguibles. Por otro lado, hay una pequeña proporción de halcones de Eleonora melánicos, con calzas color teja pero, por lo demás, enteramente oscuros a excepción de las patas, anillo ocular, cera y pico.
Al igual que el alcotán, su dieta se basa en insectos de cierto tamaño y pequeñas aves paseriformes que captura al vuelo.
Hasta aquí, el halcón de Eleonora nos ha deparado pocas sorpresas pero cuando hablamos de cómo caza durante la temporada de cría, la cosa cambia. Esta rapaz ha retrasado tres meses su periodo reproductor respecto al resto de halcones (sus primeras puestas tienen lugar a mediados de julio) para alimentar a sus pollos con los pajarillos que cruzan el mediterráneo durante la migración post-nupcial, entre mediados de octubre y noviembre. Sobre el mar, las aves no tienen dónde esconderse y el halcón de Eleonora las persigue y agota hasta hacerse con ellas. Puesto que el flujo migratorio es irregular y el mal tiempo puede interrumpirlo, lo que hace es crear despensas. Y resulta que también “almacena” vivas a sus víctimas: les arranca las plumas de vuelo (cola y primarias) y las encaja en algún resquicio entre rocas para que se “mantengan frescas” hasta que necesite llevárselas a los polluelos. También almacena presas muertas, pero mantenerlas con vida va un paso más allá de lo que hacen los alcaudones en sus “almacenes” de los espinos.
Otra particularidad suya: en ocasiones, varios miembros de la colonia se distribuyen en el aire formando una “barrera” para colaborar en la detección y captura de sus presas.
El halcón de Eleonora no es una especie abundante, pero seguro que cría en los mejores “pasillos” de migración: a eso se enfrentan los mosquiteros musicales, ruiseñores comunes, colirrojos reales y demás paseriformes migratorios – incluidos juveniles de apenas cuatro meses de edad – cuando realizan sus vuelos desde Europa hasta el sur del Sáhara. Poca broma…
Parece que caza más en horas crepusculares y se han documentado también capturas nocturnas, que incluyen murciélagos.
Se recupera deprisa cuando se protegen sus zonas de cría eliminando molestias turísticas, plagas de ratas y demás depredadores introducidos. En general, la UICN lo considera no amenazado, aunque localmente se precisen las citadas medidas.