Garceta grande: la gran dama blanca
Agró blanc - Ardea alba (Great White Egret)

Recuerdo que, allá por el año 1997, cuando empecé a interesarme más en serio por las aves, la garceta grande era rara en Catalunya. Sin embargo, desde entonces, se ha ido estableciendo como invernante e incluso cuenta con unas pocas parejas reproductoras (6 o 7 en el 2009). Es un ave fácil de ver en nuestros principales humedales durante buena parte del año y se necesita relativamente poca práctica para distinguirla de las otras garzas blancas.

Si hacemos un recorrido por el Delta de l´Ebre entre noviembre y mayo, lo raro será no ver alguna.

Echando un vistazo más amplio, encontramos que habita en la mayor parte del planeta excepto en los polos y en los territorios subárticos y subantárticos. En Norteamérica y el Asia templada es un visitante estival (reproductor). Tiene hábitos sedentarios en el África subsahariana, la India, Sureste Asiático, Australia, Nueva Zelanda, Centroamérica y Sudamérica. En Europa y alrededores está distribuida de forma parcheada, su fenología resulta compleja y se halla en expansión. No he encontrado ningún mapa de distribución reciente para la península ibérica donde, eso, sí, cada vez está más presente.

Su entorno natural es casi cualquier tipo de humedal, salino o no, litoral o mesetario. La he visto volar sobre el altiplano peruano a 4000 m de altitud con el mismo desparpajo que en los manglares tailandeses.

Durante década y pico se la clasificó en el género exclusivo Casmerodius pero hace poco se la ha devuelto a Ardea, que es donde la puso Linneo en 1758.

Como sucede con garzas, garcillas, garcetas, martinetes y avetoros, machos y hembras presentan idéntico aspecto aunque, en época reproductora, la mitad distal del pico se torna negra, la piel verde lima que media entre el ojo y el pico sube de tono, la parte superior de las patas se tiñe de rojizo desvaído y le crecen unas plumas largas y vaporosas en la espalda. En Catalunya la solemos ver casi siempre con todo el pico anaranjado y patas negras, algo más claras hacia el muslo, tal como muestra la foto de arriba. La foto de abajo ilustra el aspecto nupcial de la subespecie propia de Asia y Australia, que tiene todo el pico negro.

Durante el siglo XIX y principios del XX, en Europa y Norteamérica se la cazó – precisamente – para comercializar sus plumas nupciales, de las que había mucha demanda en la industria de la moda. Siguiendo un patrón humano recurrente, se la mató hasta llevarla al borde de la extinción en muchas partes del mundo. Pero tempranas leyes de protección (año 1912 en Florida, por ejemplo) consiguieron salvarla y muy pronto se recuperó ya que es un ave prolífica y adaptable.

La garceta grande se ríe de los vegetarianos porque es carnívora; devora todo bicho que pueda hacer pasar por su elástico esófago; peces muy variados, ranas, lagartos, polluelos de aves, roedores, cangrejos, camarones, insectos terrestres y acuáticos… Ni una triste endivia o pomelo. Y es que las garzas, más que otras familias, delatan su origen reptiliano; cuando las ves inmóviles acechando el agua o las orillas, pueden recordarte a un paciente dinosaurio a la espera de su siguiente víctima.

Garceta grande (Petchaburi, Tailandia marzo 2007)
Garceta grande (Petchaburi, Tailandia marzo 2007)

Salvador Solé

Ornitólogo, fotógrafo, viajero y articulista. Socio de SEO/BirdLife desde 2002, colabora con el Grupo Local SEO Barcelona desde su fundación en 2010 y desde el mismo imparte cursos y charlas, también es guía de excursiones ornitológicas divulgativas.

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