Yal patagón: una gran parentela
No lo busquéis en la guía de Europa; el yal patagón pertenece a la gran familia de las tangaras (Thraupidae) que cuenta con más de 400 especies, todas ellas radicadas en las Américas, islas inclusive. Cuatrocientas especies – bastantes de ellas de espectacular colorido – que, en Catalunya, solo l@s ornitólog@s con vocación internacional conocen. Téngase en cuenta que en Catalunya crían unas 235 especies de aves y, en años buenos, incluyendo decenas de rarezas, en nuestro país no se registran más de 360 especies, así que cuatrocientas – ¡y todas de una misma familia! – son muuuchas. Con semejante cantidad de primos y hermanos, podemos decir que el yal patagón se ríe de la familia monoparental.
Desde SEO/BirdLife se invita a que l@s soci@s miren más allá de nuestras fronteras y por eso (y por mi propia obsesión personal, of course) una de cada cinco aves de Conócelas es “extranjera”.
El yal patagón habita desde el sur de Chile hasta la Tierra del Fuego, pero solo en la mitad occidental de la Patagonia. Dentro de esa área de distribución es un ave común. Sus hábitats preferidos son los bosques (en especial los de Araucaria y Notophagus) y sus zonas abiertas anexas, con matorral.
Come semillas, invertebrados, bayas y el néctar de algunas flores. Pero la proporción en que consume dichos alimentos varía tanto localmente como a lo largo de las estaciones.
De punta de pico a punta de cola mide de 14,5 a 15 cm. El macho es el que saluda desde ambas fotos. La hembra es muy parecida pero su espalda es verde, no anaranjada, y tiene la brida tan gris como el resto de la cabeza (la brida es la zona que media entre la base del pico y el ojo).
En la foto de abajo, la zona blanca que bien podría ser el cielo nublado visto a través de las ramas, en realidad es el hielo del famoso glaciar Perito Moreno (en el Parque Nacional Los Glaciares, Argentina), en cuyos alrededores se puede encontrar esta especie, por citar un sitio de fácil acceso incluso para los turistas no pajareros. Solo has de cruzar el Océano Atlántico y volar (o conducir) desde Buenos Aires hasta más allá de Calafate…