Flamenco común: un filtro con patas
Flamenc - Phoenicopterus roseus (Greater Flamingo)

Su mezcla de elegancia y fealdad deja claro que el flamenco se ríe de los estándares de belleza.

A diferencia de muchas de las especies que se muestran en esta sección, al menos en Europa el flamenco común es una ave conocida incluso por quienes no saben prácticamente nada de aves. Su gran tamaño, su aspecto estrambótico y el color rosado de los adultos lo han hecho popular. Eso no significa que, más allá de identificarlo en una foto, la gente sepa algo de su vida y milagros. Por ejemplo ¿Qué come? La forma del pico es lo más parecido a la boca de la ballena que se ha visto en un ave. Pero, en realidad, su dieta es bastante variada ya que incluye muchos invertebrados (crustáceos, gusanos, insectos, moluscos, las larvas de todos…) e incluso semillas y estolones de algas.

Lo original es que todo esto lo pilla con un pico construido como un filtro, con pelillos que retienen la chicha y dejan salir el agua.

A menudo, añade un estiloso pataleo para levantar el limo del fondo, rico en microorganismos. Eso es original pero lo realmente raro es que llega a ingerir barro para, una vez en el estómago, quedarse con las bacterias y excretar la materia mineral inerte. Gracias a la longitud de sus patas y cuello alcanza a comer en profundidades donde solo compite con los patos buceadores. Y eso respecto a unas pocas presas y plantas.

El flamenco común tiene un área de distribución muy fragmentaria, siendo sedentario (con desplazamientos de pocos cientos de kilómetros) en muchos puntos dispersos del litoral africano y, en zonas de interior, en Sudáfrica, la mitad oriental del continente y la costa oeste de Madagascar. También está presente alrededor del Mar Mediterráneo (Turquía, Túnez, Egipto…) e incluso en la isla de Cerdeña. Hay poblaciones en Irán, Afganistán y Kazajstán y otras que pasan el invierno en la India y Sri Lanka, siendo estos los extremos orientales de su distribución mundial. Los extremos occidentales estarían en Senegal y Guinea-Bissau.

En España cría en pocas zonas (Fuente de piedra, Doñana, Delta de l´Ebre…) y su éxito reproductor depende mucho de los niveles del agua, su composición y lo a salvo que esté de molestias humanas y de depredadores, tanto salvajes como domésticos.

Por suerte, visita otros humedales (de agua dulce y salina) a lo largo del año y por ello es fácil de ver – por ejemplo, en Catalunya – en el Delta del Llobregat y en Aiguamolls de l´Empordà.

Aun así, uno puede visitar esos enclaves y no ver ninguno ya que sus nomadeos son imprevisibles. A veces frecuenta durante años un lugar y, de golpe, desaparece.

De punta de pico a punta de cola mide entre 120 y 145 cm. Machos y hembras presentan idéntico aspecto pero tardan casi cuatro años en alcanzar el plumaje adulto; los jóvenes de cuatro o cinco meses son de un gris amarronado y, conforme crecen, el plumaje se les torna primero blanco y luego rosado. Lo mismo pasa con el color del pico y las patas. Las cabezas que – verbigracia – os saludan desde la foto de cabecera pertenecen a dos estadios de inmadurez, más joven el de la izquierda pero todavía subadulto el de la derecha. En la foto de abajo se muestra un adulto en plena exhibición de cortejo.

Flamenco común: un filtro con patas - ¡Conócelas! 39 – Grupo Local SEO BARCELONA
Flamenco común, El Hondo (Alicante) enero 2016

Salvador Solé

Ornitólogo, fotógrafo, viajero y articulista. Socio de SEO/BirdLife desde 2002, colabora con el Grupo Local SEO Barcelona desde su fundación en 2010 y desde el mismo imparte cursos y charlas, también es guía de excursiones ornitológicas divulgativas.

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