Frailecillo coletudo: el galán del cine mudo
Fratercula cirrhata (Tufted Puffin)
En el mundo mundial hay solo tres especies de frailecillos. La “nuestra”, el frailecillo atlántico (Fratercula arctica) ya ha aparecido en esta sección del blog. La tercera especie, el frailecillo corniculado se parece bastante al frailecillo atlántico, así que, en principio, lo obviaré. Pero al frailecillo coletudo (Fratercula cirrhata), con su frac de negro estricto, larga melena romántica, y ese desconcertante pico, como hecho de piezas de plástico, no podía dejar de aparecer aquí. Con esa pinta, se ríe de muchos actores de cine.
Los últimos cálculos estimaban que su población cuenta con tres millones y medio de ejemplares.
Es un ave razonablemente común y extendida en el Pacífico norte. Cría en acantilados costeros e insulares desde California, a lo largo de un monumental arco ártico y subártico, hasta Hokkaido (norte de Japón), estando presente en muchos puntos del Mar de Bering y en las Islas Aleutianas, Islas Kuriles, costas de Alaska, costas del extremo oriental de Rusia… Al igual que casi todos los álcidos, sus hábitos invernales (entre septiembre y marzo) son pelágicos, viviendo en mar abierto a lo largo de una franja cuyo límite septentrional son las citadas Islas Aleutianas, moviéndose entre la costa oeste de E.E.U.U. y Japón.
La base de su dieta está compuesta por pequeños peces, cefalópodos (calamares) y crustáceos que captura sumergiéndose a veces hasta 40 m de profundidad.
De punta de pico a punta de cola mide entre 36 y 41 cm y carece de dimorfismo sexual, es decir, machos y hembras presentan idéntico aspecto. En invierno la máscara blanca se vuelve oscura, desaparecen esas desmesuradas cejas-coleta y el pico pierde colorido e incluso tamaño, vamos, que da un poco de pena.
Tomé las fotos en Alaska, la de cabecera en mayo, cuando ya se concentraban en aguas costeras esperando el momento de asaltar los acantilados, y la otra en junio, cuando los más osados ya los estaban ocupando y escogían los mejores sitios. Comprenderéis que contemplar de cerca tan estrambótico personaje fue una de las muchas y muy grandes alegrías del viaje.