Mirlo común: nuestro zorzal urbano
Merla - Turdus merula (Common Blackbird)
De sobrio plumaje negro el macho, y varios tonos de pardo amarronado la hembra, aquí tenemos una de las aves más comunes en Catalunya y España. Aunque antiguamente era una especie forestal, escondediza y temerosa del ser humano (aun lo es en muchos bosques) en los últimos cuarenta años se ha adaptado a vivir en las ciudades y no solo en los parques; le viene bien cualquier grupo de árboles o vegetación densa en solares, interiores de manzana e incluso rotondas. También ocupa el medio rural y, en realidad, solo está ausente de terrenos muy extensos que carezcan de arbolado o matorrales de cierto porte. Por lo tanto, también lo podemos ver campando por el zoológico. Allí, un caballero que viste de forma tan ascética difícilmente dejará de reírse de los guacamayos; me lo imagino contemplándolos desde fuera de la jaula y pensando “¡Vaya payasos!”.
Su distribución mundial abarca desde las islas Azores hasta el tercio occidental de China. En ese rango territorial es de hábitos sedentarios. Pero en Escandinavia y el S.O. de Rusia es estival, lo mismo que en el S.E. de China. Se presenta como especie invernante en puntos de Marruecos, Argelia, todo Irán, el norte de Vietnam y la isla de Hainan (China).
El grueso de su población es europea, y residente, donde resulta una de las aves más extendidas.
De punta de pico a punta de cola mide entre 24 y 29 cm (según subespecies). El macho se asoma a nuestro blog en la foto de cabecera, mientras que la hembra, posando glamurosa, ocupa la foto grande de abajo. Si veis un mirlo más oscuro que la hembra y con el pico todo negro (o casi todo negro) sabréis que se trata de un macho subadulto. Después, en la última fase de maduración de los machos, el pico va tomando ese anaranjado tan vivo, elegante pincelada de color que, junto al anillo ocular a juego, lo hace inconfundible. Buscad en vuestra guía de aves las diferencias con el plumaje nupcial del estornino pinto, pues – de lejos – se parecen.
La dieta del mirlo común es variada aunque mayormente consume invertebrados, sobre todo lombrices (es un maestro detectándolas) e insectos variados. En invierno tendrá que tirar más de fruta, bayas y semillas aunque se ha constatado que no sobrevive mucho tiempo con un régimen exclusivamente vegetariano. En las ciudades, además, picará ganchitos, bocatas, galletas, etc… Pero, cuando se pone tradicional, buscará bichos entre la hierba o los localizará levantando concienzudamente las hojas caídas, a veces con tal entusiasmo que las hace volar en todas direcciones.
Una de sus adaptaciones al ámbito urbano ha sido la nocturnidad
Como el ruido del tráfico evita que las hembras oigan su canto a tanta distancia como querría, ha aprendido a cantar a altas horas de la noche, cuando el nivel de decibelios desciende considerablemente. No son pocos los humanos que, al tener un cantadero de mirlo cerca de la ventana de su dormitorio, en la época de entusiasmo reproductor (del mirlo) pasan la noche del loro. Además, de noche los parques y aceras están vacíos (o casi) y les es más fácil alimentarse. Claro que los gatos callejeros también prefieren esas horas para salir a cazarlos pero, aun así, le sale a cuenta esa adaptación nocturna.