Grullas en la nieve
Excursión ornitológica a Gallocanta diciembre 2014 para observar la invernada de la grulla común

Sábado seis de diciembre.

Suena el despertador. Hoy es el gran día: partimos de excursión a Gallocanta (Zaragoza) a observar la parada migratoria de las grullas,  en su largo viaje desde el Norte de Europa. Con una puntualidad inusitada, nos encontramos los trece miembros de la expedición en el lugar acordado: Palau Reial. A las 7:45 estábamos ya todos a punto de embarcar. Tras la entrega de los planos-guía y el comentario de las últimas instrucciones, salimos los tres coches con destino a nuestra primera parada, el área de servicio de Montblanc, donde atendimos diversas necesidades. Sobre las nueve, ya reconfortados tras los desayunos correspondientes, proseguimos la marcha, ya sin tregua hasta Daroca, a pocos kilómetros de nuestro destino final, donde podemos constatar que el frío que preveíamos pasar durante los tres días que teníamos por delante no va a ser poco.

Realizamos una breve visita al pueblo para hacer tiempo hasta la hora de comer, y contemplamos parte de sus murallas y la Fuente de los Veinte Caños. Tras el almuerzo, amenizado por Luis, el encargado del local que nos hace un monólogo espontáneo lleno de anécdotas familiares, políticas y deportivas, cuyo guión ya quisieran para sí algunos de los “graciosos” que salen en televisión, subimos de nuevo a los coches y nos encaminamos, ahora sí, hacia Gallocanta. Una vez en el albergue, tomamos posesión de nuestras habitaciones, dos de seis personas y Albert, que se queda descolgado en una habitación compartida con otros huéspedes.

La nieve ha llegado al pueblo en el mismo momento que nosotros por lo que, ¡hala! a  abrigarse bien y, con los pertrechos pertinentes (cámaras, prismáticos y telescopios) nos encaminamos a la Ermita de Nuestra Señora del Buen Acuerdo a ver la llegada de las grullas.

¡Qué frío! ¡Qué ventisca! ¡Qué nevada! Pero poco a poco las grullas van llegando, aunque a duras penas se ven por la cantidad de nieve que cae. La prudencia nos hace retirarnos pronto a unos cuantos (los más jóvenes se quedan, claro), por temor a que se hielen las pistas por las que tenemos que regresar. Una vez en el albergue (por cierto, lleno hasta los topes), a hacer tiempo hasta la cena y a acostarnos tempranito, que el mañana hay que levantarse antes del alba para ver la levantada de las grullas al amanecer.

Domingo siete de diciembre.

Suena otra vez el despertador a las seis de la mañana.

– ¡Venga, arriba!
– ¡Lo que cuesta moverse seis personas en una habitación!
– Jopé, cómo roncabais.
– ¡Que a menos cuarto salimos!
– No te olvides el telescopio
– A abrigarnos bien, que con la nevada de ayer, va a hacer un frío de narices.
– Coge los guantes.
– Lo que daría por un café con leche calentito.
– Pues hasta la vuelta, nada…

A las siete menos cuarto, todos puntuales, salimos hacia el Observatorio de Los Ojos, desde donde podremos ver de frente, la salida del sol.¡Ayyy, lo que sufrimos los ornitólogos! El terreno congelado hace que el frío suba por  nuestras extremidades, mientras esperamos impacientes el primer rayo de sol. En la laguna, se empiezan a escuchar rumores… mientras la luz del alba empieza a clarear entre las nubes. De repente, como si alguien diera una orden, en cuanto asoma el sol, todas las grullas que han pasado la noche en la laguna, levantan el vuelo y se dispersan por el cielo para ir a pasar el día alimentándose en los campos cultivados cercanos. Nuestras caras bobaliconas, ya ni se acuerdan que hace dos minutos estábamos maldiciendo el frío. El espectáculo ha merecido la pena.

Regresamos al albergue a disfrutar de un desayuno que nos hemos merecido. La nevada de la noche anterior nos hace cambiar de planes y sustituimos la excursión a las Hoces del Río Piedra por un periplo circular a la Laguna, mucho más seguro para nuestra integridad física. Vemos grullas en los campos cercanos, muchas anátidas, aguiluchos laguneros y aguiluchos pálidos. Desde uno de los observatorios, de divisan unos corzos pastando por aquellos lares.

El anochecer nos vuelve a llevar al observatorio de la Ermita para ver la llagada de las grullas, esta vez sin nieve (aunque el viento se encarga de que estemos muuuy fresquitos) y con una cantidad de público bastante importante. El frío, las ganas de descansar y el madrugón que aún nos queda por hacer mañana, son un buen acicate para regresar pronto al albergue. Hacemos el recuento de aves avistadas, cenamos y… a dormir. Eso si, mañana a las nueve y media debemos estar todos ya a punto de marcha.

Lunes 8 de diciembre

Hoy suenan los despertadores con disparidad de criterios. Algunos vuelven a ir al observatorio a ver la levantada otros prefieren ver las grullas desde el mismo pueblo, al lado del albergue. El espectáculo, visto desde un sitio u otro es igualmente impresionante. Incluso los que se quedan en el pueblo tienen ocasión de ver alguna bandada bastante cercana. Después del desayuno debemos recoger ya los bártulos. Se acabó nuestra visita a Gallocanta. Aunque no la excursión. Todavía nos queda algo de aventura. Nos acercamos a la Laguna de la Zaida (a unos 6 kilómetros) que, a pesar de que este año tocaba que estuviera inundada, estaba completamente seca.

Bastante decepcionados, seguimos hacia la Laguna de Guialguerrero, camino de la cual pudimos ver otra vez ratoneros, tres ganga ortega y un mochuelo.Esta vez sí hubo suerte con el agua, aunque los cormoranes, patos cuchara y ánades frisos huyeron despavoridos en cuanto nos vieron llegar. En vista del éxito… optamos por hacernos allí la foto de grupo. Acordamos que pararíamos a comer en Cariñena y dar por finalizada la salida Gallocanta 2014, con un balance muy positivo de asistencia y convivencia.

Desde aquí, queremos dar las gracias, muy especialmente a los tres compañeros que han cargado sobre sus espaldas los más de mil kilómetros que nos han llevado, no diré a cuestas, pero sí en sus coches.

LISTA DE AVES OBSERVADAS

Cormorán grande (Phalacrocorax aristotelis)
Garza real (Ardea cinera)
Tarro blanco (Tadorna tadorna)
Ánade friso (Anas strepera)
Ánade azulon (Anas platyrhynchos)
Cuchara común (Anas clypeata)
Cerceta común (Anas crecca)
Milano real (Milvus milvus)
Buitre leonado (Gyps fulvus)
Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus)
Aguilucho pálido (Circus cyaneus)
Busardo ratonero (Buteo buteo)
Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus)
Esmerejón (Falco columbarius)
Perdiz roja (Alectoris rufa)
Focha común (Fulica atra)
Grulla común (Grus grus)
Zarapito real (Numenius arquata)
Andarrios grande (Tringa ochropus)
Gaviota reidora (Larus ridibundus)
Ganga ortega (Pterocles orientalis)
Tortola turca (Streptopelia decaocto)
Paloma torcaz (Columba palumbus)
Mochuelo europeo (Athene noctua)
Alondra común (Alauda arvensis)
Cogujada comun (Galerida cristata)
Calandria (Melanocorypha calandra)
Lavandera blanca (Motacilla alba)
Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros)
Tarabilla común (Saxicola torquata)
Carbonero común (Parus major)
Alcaudón real meridional (Lanius meridionalis)
Urraca (Pica pica)
Corneja (Corvus corone)
Cuervo (Corvus corax)
Estornino pinto (Sturnus vulgaris)
Estornino negro (Sturnus unicolor)
Gorrión molinero (Passer montanus)
Verdecillo (Serinus serinus)
Verderón común (Carduelis chloris)
Jilguero (Carduelis carduelis)
Pardillo común (Cardueli cannabina)
Triguero (Miliaria calandria)

LISTA DE MAMIFEROS OBSERVADOS

Corzo (Capreolus capreolus)
Liebre (Lepus europaeus)
Ratón de campo (Apodemus sylvaticus)