Perdiz pardilla: incomprensiblemente cinegética
Perdiu xerra - Perdix perdix (Grey Partridge)
En el año 2002, el ICO calculó que, como mucho, quedaban en Catalunya 700 ejemplares de este ave. Y como poco 560. A fecha de hoy sigue en la lista de especies cinegéticas. Hay que decir que la perdiz pardilla se cría en cautividad y se suelta en cotos: son esos ejemplares los que más se cazan y los que se pueden encontrar fuera de su área de distribución natural en Catalunya que, en el 2002 era la mitad occidental de los Pirineos y Pre-pirineos, desde la comarca del Ripollés hasta la Vall d’Aràn. La mayor parte de su población salvaje está protegida por la legislación del Parc Natural dels Pirineus Catalans (y el pre-parque) donde la caza está restringida y localmente prohibida. Pero, aun así, va desapareciendo de las zonas más bajas y su distribución se fracciona. Aunque en Europa es una especie propia de colinas y tierras llanas, en España, límite SO de su distribución, habita las montañas y se halla restringida a macizos del tercio norte de la península pues necesita laderas de matorral alternado con pastos por sobre los 1600 m.s.n.m. Ese tipo de ecosistema está amenazado por la minería, los incendios, las repoblaciones forestales, el sobrepastoreo, etc… Y el cambio climático no le hace ningún favor. Además, existen problemas de contaminación genética por cruce con razas criadas en granjas. A causa de todo ello, se comprende que en, el Libro Rojo de las aves de España, ya en el 2004, ostentase la triste categoría de “Vulnerable”.
En el curso de mis pesquisas, descubrí una noticia publicada en el blog del “Club de la Caza” que se dolía de la inminente prohibición de la caza de esta especie por parte de la Generalitat. El dato estaba fechado a 4 de mayo del 2010. Pero, para cuando publicamos el presente artículo, han pasado once años y la perdiz pardilla sigue en la lista de especies cinegéticas. ¿Hasta cuando? Tod@s sabemos que el multimillonario lobby de la caza tiene mucha más influencia que el conjunto de las ONGs conservacionistas y que los ministerios de medio ambiente, que suelen ser simbólicos. No te extrañe, pues, que cueste mucho ver una. Y si la encuentras fuera de los Pirineos y su entorno inmediato – por ejemplo – en el Montseny o els Ports de Beseit – da por hecho que es un escape de las sueltas.
De punta de pico a punta de cola mide entre 30 y 33 cm. En la lejana foto de cabecera vemos un macho, con el cuello gris, mientras que en el primer plano de abajo muestro una hembra. La mancha castaña del vientre (que no se aprecia en estas imágenes) tiene mayor tamaño en el macho que en la hembra.
Su dieta es estrictamente vegetariana y depende de “malas hierbas” – como la pamplina (Stellaria media) – de las que consume semillas y hojas. También se alimenta de tréboles. Un interesante estudio realizado en Polonia averiguó que no logra digerir todas las semillas que come en los campos de labor ya que su sistema digestivo esta adaptado a ciertas especies herbáceas, pero no a todas.
En cuanto a movimientos estacionales, la perdiz pardilla se limita a descender desde las laderas a los valles cuando empieza a nevar y a subir de nuevo tan pronto se afianza la primavera. Nada de viajes épicos. Y se ríe de la soledad porque es una especie gregaria que prefiere vivir en grupos familiares, aunque al principio de la época reproductora cada macho establezca un territorio. Allí donde hay densidad de población los nidos, que son terrestres, están separados un mínimo de 200 m.
Su área de distribución natural abarca desde Asturias e Irlanda hasta el extremo oriental de Kazajistán, incluyendo la mayor parte de Europa, sur de Escandinavia y SO de Rusia. Como muy al sur la encontramos en Turquía y la punta NO de Iraq. Está ausente de las islas mediterráneas. Ha sido introducida en el tercio septentrional de EE.UU. de costa a costa. Y en el centro-sur de Canadá.
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