Buitre orejudo: picudo y sonrojante
Voltor orellut - Torgos tracheliotos (Lappet-faced Vulture)

El pariente más cercano de este necrófago es el buitre negro (voltor negre) que con sus 295 cm de envergadura alar máxima supera en 15 cm a la del buitre orejudo… aunque no le gana en volumen de pico. De punta de éste a punta de cola mide 115 cm. Puede llegar a pesar 9400 g aunque también (por la mínima) 5400 g. Tal como suele suceder con los buitres, no hay rasgos externos que distingan al macho de la hembra. Curiosamente, el color de la cabeza depende del estado de ánimo y de la temperatura: más rojo cuanto más calor hace y/o se halla más excitado.

Habita sabanas, desiertos y semidesiertos siempre que tenga a su disposición algún árbol grande de copa plana (típicamente, una acacia) donde montar el nido. En Arabia Saudí también puede criar en acantilados. Normalmente se mueve por territorios que estén por debajo de los 2800 m.s.n.m. pero puntualmente bastante por encima, con una cita a 4500.

Su área de distribución es muy fragmentaria y abarca no solo muchos lugares aptos para él en el África subsahariana si no también zonas de la península arábiga. Pero la extensión de su presencia da una falsa idea de su abundancia ya que a menudo es una especie muy escasa y local, con pocas parejas en un mismo país.

En el oeste de África se desplaza hacia el norte durante la estación de lluvias y hacia el sur en la seca. En el resto es más bien sedentario. La dispersión juvenil es importante (recorridos de hasta 700 km). Cuando busca comida puede alejarse 200 km del nido.

Como buen buitre, se alimenta de cadáveres incluidos fragmentos de piel e incluso de huesos. Pero no solo come carroña: se ha documentado que caza pequeños reptiles, peces, aves y mamíferos, aunque es algo tan excepcional como cuando, en grupo, intenta atrapar polluelos de flamenco. En cualquier caso es bastante curioso que no se limite a los animales muertos y pueda llegar a matar algunos, aunque sea muy de tarde en tarde.

En virtud de su tamaño y la potencia efectiva de su pico suele imponerse al resto de especies cuando se disputa un cadáver. Y no hace falta que sea un gran mamífero; también acude a presas pequeñas; la vida en el desierto te prohibe hacerle ascos a lo poco, que siempre es más que nada.

No se sabe demasiado a cerca de la reproducción de esta especie pero te paso los principales datos disponibles; la pareja construye una amplia plataforma a base de palos. La hembra pone un solo huevo, rara vez dos. El proceso de incubación se prolonga entre los 54 y los 56 días y el pollo no alcanza su plumaje completo de vuelo hasta, como poco, los 125 días (4 meses y pico). En algunos casos, los padres todavía alimentan a su hijo un año despues de la eclosión. El nuevo buitre orejudo no alcanzará la edad de reproducción hasta pasados seis años.

Debido a la merma constante de sus poblaciones y las múltiples amenazas que le afectan, la IUCN lo considera “en peligro”. A lo largo de los últimos 45 años (tres generaciones) su censo ha bajado en un 80%. Sobrevive en las grandes reservas bien gestionadas pero incluso en muchas de ellas faltan parejas para asegurar su futuro. En 1930 se extinguió en Argelia y Túnez. La última cita en Marruecos data de 1972. Y en Israel de 1994. En varios países, por ejemplo Mali y Niger, hace más de veinte años que no se le ve. Parece que se mantiene estable en el centro de Mozambique. En 1990 estaba progresando en Arabia Saudí, con 500 ejemplares, pero no sé cómo le ha ido desde entonces. Lo que está acabando con él a lo largo y ancho de África es, en primer lugar el envenenamiento por estricnina y, más recientemente carbofurano, dos tóxicos que allí los agricultures y ganaderos usan rutinariamente arrasando con multitud de especies. La intención es que solo quede en pie el ganado, que es hervíboro y no se comerá los cebos de carne. Se constató que varios buitre orejudos fallecieron al consumir un chacal que había muerto envenenado. A fecha del 2024, el diclofenaco todavía se usa poco en África. Ese es un fármaco antiinflamatorio para el ganado que resulta mortal para las especies de Gyps cuando lo ingieren en los cadáveres. En la India ha llevado a la extinción al buitre picofino. También le afectan los pesticidas agrícolas, la creciente motorización del desierto, cualquier perturbación en época de cría, la carestía de ungulados, incluido el ganado doméstico que cada vez sobrevive en mayor proporción gracias a la vacunación. Hay algunas tribus que lo cazan para usarlo con pretendidos fines medicinales. Y unas pocas incluso para comérselo. Los tendidos eléctricos se cobran su tributo, como con todas las grandes aves. Existe un plan internacional de recuperación del buitre orejudo desde 2007 pero es difícil dar la idea de lo complicado que resulta aplicarlo en un ámbito tan extenso, multicultural y económicamente precario como son los países africanos. El turismo de naturaleza es una de las bazas que juegan a favor de su conservación pero está por ver que sea suficiente.

Buitre orejudo en Kidepo Valley (Uganda 1-4-2015). Foto de Salva Solé.

Birds of the world

Salvador Solé

Ornitólogo, fotógrafo, viajero y articulista. Socio de SEO/BirdLife desde 2002, colabora con el Grupo Local SEO Barcelona desde su fundación en 2010 y desde el mismo imparte cursos y charlas, también es guía de excursiones ornitológicas divulgativas.

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