Lori arcoiris: exceso de cromatismo
lori irisat - Trichoglossus moluccanus (Rainbow Lorikeet)
A veces la madre naturaleza comete excesos de tamaño, velocidad, longevidad… Exceso de cromatismo es el del lori arcoiris en cuyo plumaje las ganas de llamar la atención arrasaron con el estilo y el buen gusto. Y tan contento que se le ve…
Sí, un lori es un tipo de loro, pero australiano. Los loris, papagayos, pericos y periquitos suman 201 especies (47 géneros) de la familia Psittaculidae a la que pertenece, por ejemplo, la cotorra de Kramer (en catalán, cotorra de Kramer) y la cotorra cabeciazul (cotorra de cap de pruna). Se distribuyen por Oceanía, sureste asiático, el Asia tropical y el África subsahariana. Luego está la familia Cacatuidae con sus 22 especies, exclusivas de Australia y su entorno septentrional (Sulawesi, Papua Nueva Guinea, Java…) Pero en Sudamérica y África tenemos una tercera familia; Psittacidae, con otras 177 especies de aratingas, guacamayos, amazonas… a ella pertenece la cotorra argentina (cotorreta pitgrisa). Esas tres familias engloban las 400 especies que conforman el orden Psittaciformes: un estilo de ave tremendamente exitoso por su versatilidad e inteligencia.
El lori arcoiris vive en casi cualquier formación arbórea: desde selva primaria hasta parques y jardines de baja altitud, prefiriendo las zonas limítrofes entre bosque y terreno abierto así como las arboledas clareadas o en crecimiento. Lo encontramos sobre todo en el N.E. de Australia (estado de Queensland) pero desde allí su área de distribución se prolonga hacia el sur por el este del estado de New South Gales y llega a zonas (casi siempre prelitorales y litorales) de Victoria y de South Australia. Nomadea en busca de alimento y, en el tercio sur de su distribución, aparece y desaparece dependiendo de ese factor (la disponibilidad de comida). De vez en cuando cruza hasta Tasmania.
De punta de pico a punta de cola mide entre 25 y 30 cm. Machos y hembras presentan idéntico aspecto, rasgo que se conoce como “ausencia de dimorfismo sexual”.
Su menú principal lo constituye el néctar y el polen de diversas flores. Debido a ello las épocas de floración, mayormente en el sur, determinan su presencia o ausencia. También come algunas semillas, fruta, savia e incluso invertebrados como crisálidas de polilla y ciertos chinches que infectan las hojas.
En Queensland, su ciclo reproductivo puede durar todo el año pero en el sur suele ceñirse a los meses que van de agosto a enero. Es una especie monógama que nidifica en huecos profundos de árboles cuyo fondo reviste de astillas de madera (arrancadas de las propias paredes del hueco) y, si la pareja es laboriosa, tambien algo de hierba seca. La hembra pone entre uno y tres huevos (generalmente dos) que incuba durante entre 22 y 25 días y el cuidado de los pollos – sin datos sobre quien los alimenta – se prolonga otros entre 54 y 57 días. Me ha extrañado que en Australia se sepa tan poco de las vicisitudes reproductivas y parentales de una especie abundante y llamativa.
A pesar de que se ha registrado un reciente descenso de su población en la península de Cape York, la UICN lo clasifica de “no amenazado”. En algunos lugares se le considera una plaga para los frutales y eso sucede también en Nueva Zelanda y la Australia occidental, donde es una especie foránea. En el interior y alrededor de las grandes ciudades del sureste – Melbourne, Sydney y Camberra – es cada vez más habitual.
