Avefría espinosa: nidadas industriales
Fredeluga d’esperons - Vanellus spinosus (Spur-winged Lapwing)
Tras el anterior “paquete” de aves americanas, nos venimos mucho más cerca: si quieres ver la avefría espolada basta con viajar al norte de Grecia en primavera o, mejor, al Göksu Delta de Turquía: los únicos países del mundo (de los más de 34 donde se la puede encontrar) en que es un ave estival que emigra al terminar el verano. En el resto es sedentaria que se desplaza lo justo para evitar las sequías locales.
El género Vanellus (24 especies) pertenece a la familia Charadriidae (68 especies) cuyos miembros abarcan el mundo entero a excepción de la Antártida, englobando tres tipos de limícolas: avefrías, chorlitos y chorlitejos.
De punta de pico a punta de cola, la avefría espolada mide entre 25 y 28 cm. Machos y hembras presentan el mismo aspecto, un rasgo habitual de la citada familia Charadriidae, aunque con excepciones.
Se distribuye por todos los países del tercio oriental de Mediterráneo pero también tiene poblaciones dispersas por la península arábiga, el Valle del Nilo a través de Egipto y una ancha franja de países subsaharianos que van desde el sur de Mauritania y Sierra Leona hasta Eritrea y Kenia. Como muy al sur te la encuentras en el noreste de Tanzania.
Habita ecosistemas abiertos de suelo seco, aunque rara vez lejos del agua, incluidos campos cultivados o pastizales (quemados), campos de arroz, orillas de ríos, lagunas, estanques, marismas, estuarios, prados inundados y dunas litorales. También sabana abierta con pocos o ningún árbol.
Se alimenta de invertebrados. Siente debilidad por los escarabajos y sus larvas pero también come saltamontes, moscas, mosquitos, termitas, hormigas, arañas y miriápodos. Con menor frecuencia tira de crustáceos, moluscos, lagartijas, renacuajos y ranas adultas, peces y semillas.
Como buena avefría, la espinosa defiende vigorosamente su nido, que siempre hace en el suelo. Si te acercas a él, realizará amagos de ataque en vuelo y te chillará cosas que no quisieras ver traducidas al castellano. A menudo saca dos nidadas adelante en plan “industrial”: la hembra incuba los huevos de la segunda mientras que el macho cuida de los pollos que nacieron en la primera. De esa manera, sin esperar a que los juveniles de la primera nidada se independicen, ambos progenitores tienen más trabajo y se estresen una barbaridad, pero ganan tiempo. Si las condiciones lo permiten y la pareja está lanzada, puede realizar una tercera puesta. Ese sistema de cría intensiva es un excelente recurso de supervivencia pues los pollos son el menú de una legión de depredadores: aves rapaces diurnas y nocturnas, lagartos, serpientes, mustélidos, zorros… Si la comunidad local de carnívoros es próspera (aunque eso cada vez resulta más raro), hay que darse mucho brillo para terminar la temporada con dos o tres juveniles supervivientes.
Para el sureste de Europa, suroeste de Asia y Egipto se le calcula una población de entre 25.000 y 100.000 ejemplares. No hay manera de saber, hoy por hoy, cuantos hay en el África subsahariana, pero cuenta muchos más. Como sucede con frecuencia en especies extendidas y no amenazadas, dependiendo de múltiples factores su población aumenta en unas regiones y mengua en otras. Por ejemplo, va a mejor en Chipre y el Líbano pero a peor en Israel y Turquía.
Las dos fotos que ilustran este artículo las tomé en el Murchison Falls N.P. de Uganda.
