Reinita gorjinaranja: ¡ha de ser conífera!
Bosquerola de gorja taronja - Setophaga fusca (Blackburnian Warbler)
Tiempo atrás hablé de la reinita de manglar. Podríamos decir que las reinitas son los mosquiteros del Nuevo Mundo. Su tamaño y estructura corporal es muy parecida a la de nuestros mosquiteros ya que también son pequeños paseriformes insectívoros que capturan sus presas entre las hojas y ramas. Las reinitas pertenecen a la familia Parulidae: 115 especies (18 géneros) distribuidas desde Alaska hasta el norte de Argentina. El género Setophaga es el más numeroso, con 34 especies.
La reinita gorjinaranja mide entre 11 y 12 cm de punta de pico a punta de cola, típico tamaño de reinita. Y de mosquitero. Los ejemplares de ambas fotos son machos. En el plumaje de la hembra, el gris sustituye al negro del macho y el ala presenta menos superficie blanca.
Se reproduce en bosques de coniferas y bosques mixtos de los estados del NE de EEUU desde Minnesota hasta Maine y, como muy al sur, hasta el extremo norte de Georgia. También en el tercio sur de los estados canadienses que van desde Saskatchewan hasta el sur de la isla de Prince Edward. Pero al concluir el verano emigra – en varias etapas, que abarcan unas cuantas semanas, para llegar al norte de Sudamérica: Venezuela, Colombia, Ecuador, la franja andina de Perú y hasta algunas localidades del norte de Bolivia. En su viaje transita tanto por Centroamérica como por todas de las islas del Caribe a excepción de las Pequeñas Antillas. Los ejemplares que pasan el invierno más al norte se quedan en zonas del sur de Costa Rica y en Panamá.
Su dieta en primavera, verano y otoño consiste casi por completo en arañas, escarabajos, larvas de mariposas y (en menor medida) otros invertebrados. Durante el invierno mantiene el menú de bichos pero a veces también le conviene picar algo de fruta y bayas.
A la hora de buscar emplazamiento para el nido, la pareja de reinitas gorjinaranjas solo contempla una opción: ha de ser en una conífera. Pero no pinos blancos grandes, a saber porqué. Se ha reportado la excepción de un nido de esta especie en un castaño. Elige extremos de ramas altas a entre 5 y 25 m del suelo. Parece que solo la hembra monta el nido pero no está del todo claro. En otras especies del género Setophaga, el macho también ayuda. Ella trabaja por las mañanas y tarda entre 3 y 6 días en terminarlo. Lo construye con la típica forma de copa con ramitas, cortezas y raicillas. Su diametro oscila entre los 8 y los 9 cm. Lo recubre exteriormente con líquenes, musgo, hierba fina, pelo y agujas secas de pino. Ocasionalmente también añade materiales poco habituales como cuerdas, crin de caballo o plumón de espadaña. A modo de ataduras, para asegurarlo mejor a la rama, emplea tela de araña.
La puesta consta de entre 3 y 5 huevos, habitualmente 4. La incubación es tarea exclusiva de la hembra aunque el macho colabora llevándole comida. Parece que es de las aves más reacias a abandonar los huevos, da igual cuanto te acerques. Si finalmente vuela, regresará enseguida. Cuando ella sale a comer un rato (pocos minutos) el macho la acompaña. Ambos miembros de la pareja alimentan a los pollos, siempre con invertebrados. En un caso observado, un esmerejón (esmerla) mató a la hembra pero el macho se encargó de dar de comer a la prole, redoblando el esfuerzo. El tordo cabecipardo (Molothrus ater) puede poner algún huevo en nidos de reinita gorjinaranja para que ella los incube, como hacen los cucos, pero eso sucede muy rara vez. Los jóvenes ya independizados se unen a grupos, compuestos por varias especies, que se forman alrededor de los carboneros cabecinegros (Poecile atricapillus).
El récord de supervivencia de una reinita gorjinaranja es de 8 años y dos meses.
Entre los años 2005 y 2014 la población total de esta especie se calculó en 14.000.000 de individuos. Como entre 1970 y 2014 parece que su número ha aumentado en un 10%, resulta lógico que la IUCN la considere no amenazada.
