Tilopo soberbio: parche tun-tun
Ptilonop superb oriental - Ptilinopus superbus (Superb Fruit-Dove)
En los cuatro idiomas que usamos aquí para el nombre del ave hay consenso: es soberbia. Yo la veo un poco como parcheada al buen tun-tun, con escaso criterio de armonía cromática y compositiva pero – eso sí – un efecto muy llamativo.
Los tilopos son palomas de Oceanía. El género Ptilonopus abarca 57 especies esparcidas por cientos de islas. Casi todas tienen en común que la espalda y la mayor parte de las alas son de color verde: una tonalidad que en Europa no asociamos a las palomas. Algunas, como la presente, muestran alegres parches de color.
Del tilopo soberbio solo conseguí ver el ejemplar que muestro en estas fotos: la hembra es mucho más discreta, con el pecho gris, poco o nada de lila en la cabeza y sin el resto de zonas coloridas del macho; en la densa vegetación del dosel arbóreo, salvo si se mueve, pasa desapercibida. Esta especie se distribuye por los bosques tropicales de la franja litoral del este de Australia. Pero también por Sulawesi, las Molucas, Papua Nueva Guinea, isla del Almirantazgo, el archipiélago de Bismarck, islas D’Entrecasteaux y hasta las Salomón. Generalmente vive por debajo de los 1000 m.s.n.m.
De punta de pico a punta de cola mide entre 21 y 24 cm, siendo los machos algo más grandes que las hembras.
Se alimenta de diversas frutillas y bayas que no superan los 20 mm de diámetro. La mayor parte del agua que necesita la saca de lo que come pero en épocas de mucho calor baja a beber de vez en cuando. Solo entonces desciende al suelo, o para recoger alguna baya que se le ha caído, de manera que pasa prácticamente toda su vida en los árboles, aunque a diferentes alturas, dependiendo de dónde encuentre comida.
Al igual que nuestra paloma torcaz (tudó), hace un típico nido de paloma forestal con unos cuantos palitos – sin forro interior – puestos en milagroso equilibrio sobre una horquilla; lo mínimo para que el huevo no se caiga. Y es que solo pone un huevo ¡ni que fuese un albatros! La naturaleza está llena de misterios o, más bien, nuestro conocimiento está lleno de ignorancia. Parece que el macho suele incubar de día y la hembra durante la noche; a saber porqué se han repartido así los turnos. Al cabo de solo seis días de vida, el polluelo salta al suelo y corretea por él hasta que empieza a volar.
No se ha podido calcular su población debido a que resulta difícil de ver y de censar pero, en base a su amplia área de distribución, la UICN la clasifica como “no amenazada”. Y se la considera común en bastantes sitios.
