Turaco de Guinea: dos nacen, uno vuela
Turac de Guinea - Tauraco persa (Guinea Turaco)
A pesar de los diez años que cumplirá “Conócelas” el próximo 18 de noviembre (2025) todavía no había presentado ninguna de las 23 especies de turacos que existen, todas en África y conformando la familia Musophagidae. De sus cinco géneros, Tauraco es el más numeroso, con 13 especies. El turaco de Guinea es un buen representante de ese género ya que bastantes Tauracos tienen aprox. la mitad superior del cuerpo y la cabeza verdes, con una cresta la mar de decorativa.
El área de distribución del turaco de Guinea se extiende por los países que van desde Gambia hasta la República Centroafricana, llegando por el sur a la República Democrática del Congo. Es un no paseriforme forestal que prefiere bosques de segundo crecimiento desarrollados, en especial las zonas que limitan con claros o cursos de agua. Normalmente por debajo de los 1100 m.s.n.m. pero con una excepción (hasta los 1350) en Bamenda (Camerún). Los bosques de segundo crecimiento son los que rebrotan después de resultar arrasado el bosque primario. Como un bosque primario es aquel que ha madurado hasta al máximo de sus capacidades – con un mantillo y madera muerta acumulada durante siglos, sin haber sido explotado por el ser humano durante ese tiempo – es una buena noticia que existan tantas especies (no solo de aves) que se adaptan al bosque de segundo crecimiento – también llamado secundario – porque, dada la escasez y continua destrucción del bosque primario, ya se habrían exinguido muchas de ellas.
De punta de pico a punta de cola el turaco de Guinea mide entre 40 y 43 cm. Tal como sucede con la mayoría de turacos, salvo en mano, es imposible discernir el sexo de sus individuos.
Aunque puede desplazarse fuera de su territorio en busca de alimento – algo que muchas parejas de esta especie no hacen nunca – es una ave sedentaria y a menudo muy territorial.
Su dieta es estrictamente vegetariana, centrada en diversidad de frutas (tanto silvestres como cultivadas), brotes y flores. No consta que coma insectos, salvo – inevitablemente – los que parasitan el interior de la fruta. No he leído nada al respecto pero es posible que exista alguna investigación sobre si las aves vegetarianas evitan comer frutas con muchos, bastantes o algunos parásitos. O sí, al contrario, los toleran, e incluso buscan como aporte de proteínas.
No es demasiado lo que se sabe acerca de la reproducción de esta especie; el nido es una plataforma tosca, y a veces precaria, al estilo del típico nido de paloma, pero más grande, construida con ramas y ramitas. Lo sitúan a entre 1,5 y 5,3 m del suelo en la zona con mayor densidad de hojas de un árbol o gran arbusto. La puesta consta normalmente de dos huevos que ambos conyugues incuban durante entre 21 y 23 días. En Gabón se constató que rara vez la pareja saca adelante ambos pollos y que lo habitual es dejar morir al menos sano y/o crecido. Pero falta constatar si eso sucede, o no, en toda su área de distribución. Muchas y variadas aves grandes tienden a esa costumbre, si bien otras, como los avestruces, llegan a criar verdaderos rebaños de pollos*; en la naturaleza – y con frecuencia – estrategias opuestas cosechan éxitos similares. Los pollos (o el pollo, más bien…) permanecen en el nido entre 26 y 27 días, luego van saltando por las ramas y hacia el día 38º de su vida inician los primeros vuelos. A partir de ahí les quedan entre 14 y 15 días para seguir siendo (progresivamente menos) alimentados por sus padres.
No hay cálculos sobre cuantas parejas de turaco de Guinea existen pero como es común, o moderadamente común, en muchas zonas de su área de distribución, la UICN la considera no amenazado.
* Eso se debe a que varias hembras ponen muchos huevos en un mismo nido y a que luego, bajo la supervisión y defensa de los adultos, pueden acabar juntandose pollos de varios nidos. Se han llegado a contar 300 pollos de avestruz en un mismo grupo, así que me permito hablar de rebaño.
