Martín pescador verde: desde la percha
Alció verd americà - Chloroceryle americana (Green Kingfisher)
En el continente americano, desde Alaska a Tierra del Fuego, hay seis especies de martines pescadores. Son muchas si comparamos con Europa pero resultan muy pocas para tan enorme territorio si miramos las que hay en África, Asia o el sureste asiático, donde las especies de la familia Alcedinidae se cuentan por decenas, pues en total suman 117 repartidas en 18 géneros que pueblan todos los continentes a excepción de la Antártida.
El martín pescador verde es un ave sedentaria que se distribuye desde el sur de Texas (EE.UU) hasta poco más abajo de Buenos Aires (Argentina). Reside en diversidad de humedales de agua dulce (ríos, lagos, pantanos…) siempre que sus orillas estén bien arboladas y el agua fluya despacio. O casi no fluya.
En la foto de cabecera muestro una hembra y en la de abajo, el macho. De punta de pico a punta de cola mide entre 29 y 31 cm superando de largo los 18 cm máximos de nuestro querido blauet (martín pescador común).
La especialidad del martín pescador verde es el pescado de entre 8 mm y 8 cm, pero también puede capturar gambas, ninfas de libélula, chinches acuáticas, algunos insectos voladores e incluso hormigas. No parece que se fije en las ranas o las lagartijas. Su método de pesca es al acecho desde una rama, poste o posadero similar, incluidos los fabricados por el ser humano: desde bordas de embarcaciones a farolas en paseos fluviales. Prefiere perchas que estén cerca del agua: por debajo del 1,5 m y, como mucho, hasta 5 m. Solo aproximadamente una vez de cada 200 (por término medio) decide cernirse en el aire para otear desde allí.
En un talud de tierra, ambos miembros de la pareja excavan el túnel, que tiene unos 5 cm de diámetro y entre 70 y 100 cm de longitud. Pero, astutamente, procuran que la entrada quede oculta por enredaderas o hierbajos secos. Al final del túnel hacen una pequeña cámara donde la hembra pone entre 2 y 6 huevos, tipicamente de 3 a 5. La incubación se comparte de día pero la hembra pasa más tiempo en ello pues es quien incuba de noche. A los pollos los alimentan entre los dos y los primeros vuelan a los 26 días. Los juveniles aprenden a pescar “cazando” hojas y palos que flotan en el agua y golpeándolos luego contra una rama. Le pillan el tranquillo tan rápido que pasan de esos intentos a las primeras capturas de presas vivas en una sola mañana. Hay poca información al respecto pero se ha documentado que los padres expulsaron a un juvenil al cabo de 29 días de haber salido del nido.
La IUCN considera “no amenazado” al martín pescador verde. Puntualizaré aquí que el término que usa la IUCN es “Least Concern”: preocupación menor, pero como esa es la clasificación más segura de todas, siempre prefiero dar a entender que se le considera no amenazado, aunque localmente pueda encontrarse con problemas. Por ejemplo, si los taludes terrosos de los ríos se sustituyen por muros de contención de piedra o cemento, extingues localmente al martín pescador verde como nidificante. Pero en la mayor parte de su área de distribución eso no sucede.