Zorzal charlo: el caballero tieso
Griva - Turdus viscivorus (Mistle Thrush)
Es un caballero muy tieso que te vigila por sobre la hierba baja de los prados, donde pasa largos ratos buscando comida.
Poco o casi nada de ocre y/o rojizo en el plumaje, postura más erguida y una concentración de pintas oscuras en ambos lados del pecho (foto de cabecera) o una “emborronadura” ahí mismo (foto de abajo); esos son los principales rasgos que lo distinguen del zorzal común (Tord comú), su pariente más frecuente en Catalunya y con el que fácilmente podemos confundirlo, sobre todo, de lejos. Aunque necesita árboles para hacer el nido, prefiere ecosistemas más abiertos y sube a mayores altitudes que el zorzal común; en Europa hasta los 1800 m.s.n.m. y en los Himalayas y el Atlas marroquí, hasta los 2700.
Mide 27 o 28 cm de punta de pico a punta de cola y no hay forma de diferenciar machos y hembras, particularidad típica de los zorzales pero no de sus parientes, los mirlos. Como ave residente, alterna la dieta basada en invertebrados durante primavera y verano con el menú vegetariano de bayas, fruta y semillas en los meses fríos.
En Catalunya el zorzal charlo solo escasea en el cuadrante nororiental (sobre todo, mitad este de Girona). Su escasez/ausencia sigue la costa y las serranías litorales, desde el Garraf hasta Cadaqués ya que en el resto, por el interior y zonas prelitorales de Tarragona, está bien distribuido y, en el año 2002 (datos del SIOC), su población catalana se calculaba en entre 128.000 y 206.000 ejemplares maduros. A pesar de que es posible hallarlo en cualquier hábitat apto de la península ibérica, muy a menudo en campos de labor segados y en barbecho, salvo excepciones locales, no resulta tan fácil de observar como su abundancia estimada sugiere; es de los pájaros que peor soportan la presencia humana y con frecuencia te vuelan a 60 m, antes de que los divises. Como sucede con tantas otras especies, resulta más fácil aproximarse a ellos en coche (sin salir de él) pero, en general, se ríe de la confraternización con personas. Pero hay que entenderlos; a fecha del 2019 siguen siendo legalmente piezas cinegéticas…
Los prados y pinares del Bosc de Virós (Araós, cerca de Llavorsí) albergan una nutrida población de esta especie y allí la buscamos en nuestra salida anual de junio aunque, desde luego, hay muchísimas otras zonas, sobre todo en las provincias de Lleida y Tarragona, donde se le puede ver. Las poblaciones pirenáicas bajan de altitud en invierno ya que en las montañas, con la nieve y el frío, escasea la comida.
Para quien sienta curiosidad, ahí va el tradicional rollete sobre su área de distribución mundial; En invierno las poblaciones que bajan de altitud se dispersan por Marruecos, Argelia, Túnez, Turquía, Siria y Afganistán. En la franja de clima templado, desde Portugal e Irlanda hasta el tercio oeste de Nepal, es un ave residente. Pero desde el sur de Noruega hasta la mitad occidental de Kazajstán, es estival, criando en una gran parte del SO de Rusia.
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