Artamo cejiblanco: reproductor oportunista
Àrtam cellablanc - Artamus superciliosus (White-browed Woodswallow)
El género Artamus engloba 11 especies de las 24 que abarca la familia Artamidae. Los artamos no se hallan genéticamente cercanos a ninguna familia de las que se ven por Europa ya que son aves del sureste asiático y Oceanía.
El artamo cejiblanco vive en casi toda Australia, Tasmania incluida. Habita terreno arbustivo, arboledas, campos agrícolas adyacentes (a las arboledas) y parques con mezcla de bosque y terreno abierto.
De punta de pico a punta de cola mide entre 18 y 19 cm. Los ejemplares de la foto de cabecera y de abajo del todo son machos. Las hembras se distinguen porque carecen de ceja, las partes grises son más pálidas que en los machos (sobre todo, la cabeza) y el pecho es de color crema, no teja. Los ejemplares inmaduros tienen el pecho aún más clarito y descolorido; en la foto siguiente se ven machos, hembras y juveniles. Y, a la derecha, de propina, unos pocos ejemplares de artamo enmascarado (Artamus personatus), un pariente con el que se lleva tan bien que a veces ambas especies se hibridan.
La forma de las alas de los artamos es casi idéntica a la de los estorninos. En el caso del cejiblanco, son blancas por debajo y grises por encima.
Como sucede con muchas aves australianas, el artamo cejiblanco es altamente nomádico: bandos de hasta 200 individuos se desplazan lo que haga falta en busca de agua y alimento ya que las sequías le complican la vida.
La mayor parte de su dieta consiste en insectos pero la complementa con néctar, sobre todo en el norte y en invierno. Vuela alto sobre la vegetación pillando bichos al vuelo, pero también hace salidas desde percha como los papamoscas. Normalmente vive en pequeños grupos o en parejas pero a veces se aglutina en bandos mayores, particularmente durante sus nomadeos.
Se reproduce de forma oportunista, es decir: cuando encuentra suficiente agua e insectos, entre julio y enero aunque, con más frecuencia, entre septiembre y diciembre. Nidifica en colonias de entre 15 y 50 parejas. Como no les gusta estar apiñados, pero tampoco aislados de sus semejantes, 10 metros es una distancia habitual entre nidos. Esas colonias a veces contienen artamos de otras especies, sobre todo del ya citado artamo enmascarado.
Ambos conyugues construyen un típico nido en copa pero igual lo ponen en la horquilla de un árbol que en el hueco de una rama o tocón, entre enredaderas, detrás de un cacho grande de corteza, tuneando nidos viejos de otras especies e incluso en postes de vallas. Esa flexibilidad resulta necesaria si quieren criar allí donde, al menos temporalmente, abunda la comida y el agua. Aún así, es frecuente que la colonia quede abandonada si empeoran las condiciones de supervivencia.
Ambos sexos incuban y se encargan de alimentar a los pollos, que se independizan al cabo de cinco semanas de haber salido del huevo.
La IUCN considera que el artamo cejiblanco no está amenazado porque es localmente común y aunque sus contingentes oscilan bastante dependiendo de si el año fue bueno o malo para la reproducción, se recupera con facilidad de los bajones demográficos en cuando mejoran las circunstancias.