Curruca gavilana: igualita que el gavilán
Tallarol esparverenc - Curruca nisoria (Barred Warbler)
Lo de “gavilana” le viene del iris anaranjado, el pecho barrado y el dorso gris: tal cual un gavilán común (esparver comú). El macho adulto tiende a tener la cabeza de un gris más oscuro y uniforme que el ejemplar de las fotos que ilustran este articulillo, el cual, por lo que yo sé, puede ser una hembra adulta o un macho inmaduro. Es la curruca más grande del género Curruca: 15,5 cm el macho y hasta 19,5 la hembra. Te recuerdo que la curruca cabecinegra (tallarol capnegre) no pasa de los 13,5.
Vive en bosques no demasiado densos, arboledas, parques, huertos, y extensiones de grandes arbustos, casi siempre donde haya vegetación de, al menos, tres metros de altura. Desde el nivel del mar hasta los 1600 m.s.n.m.
Su área de cría abarca desde el norte de Italia y Alemania hasta el NO y el sur de Mongolia. Por el sur no pasa de Turquía y el NE de Irán y por el norte se adentra en Rusia hasta las zonas suboreales. Pero parece que toda esa población pasa el invierno en una región muchísimo más pequeña, a caballo entre Uganda, Kenia (principalmente), NE de Tanzania y puntos del sur de Etiopía. Se trata, pues, de un paseriforme migratorio transahariano que, en esos viajes, vuela de noche y en solitario. En 1990 se estimaba que el 50% de su población mundial (por sobre las 460.000 parejas) criaba en países Europa pero a saber cómo ha evolucionado la cosa desde entonces… Es muy frecuente que datos de este tipo lleven tres décadas sin actualizarse.
A nadie le va a sorprender que esta curruca sea insectívora, ya que todas lo son. Y, al igual que otros parientes, también tira de bayas y frutillas al final del verano y principios de otoño, durante la migración. A los pollos los alimenta con una mayor proporción de cigarras y arañas.
La vida sentimental de la curruca gavilana es compleja: los machos son fieles a su pareja hasta el momento en que la hembra empieza a poner huevos. Entonces algunos (no todos) se lanzan a establecer nuevos territorios e intentan aparearse con una segunda e incluso una tercera hembra. En Alemania se descubrió que al menos el 40% de los machos tenían éxito en ese empeño. Los machos construyen esbozos de nido que las hembras usan de dos maneras: para ver qué tal se lo curra el maromo y para tomar de ahí material con el que construir su verdadero nido del cual, al parecer, se encarga ella. Lo ubica dentro de un denso matorral espinoso y tiene la típica forma de copa tejida con palitos y tallos y forrada con seda de araña y de oruga, capullos incluidos. Pone de 3 a 6 huevos. Un dato curioso: el 85% de los nidos de curruca gavilana se ubican cerca de nidos de alcaudón dorsirrojo (escorxador) o, más al este, de alcaudón Isabel. Parece que ello redunda en mutuo beneficio a la hora de vigilar y defenderse de los depredadores, mejorando el éxito reproductivo.
Los machos polígamos se centran en ayudar a la primera hembra pero la segunda (y la tercera si la hubiese) se apaña/n como puede/n, teniéndolo más difícil para sacar algún pollo adelante. Diría que que la asociación con alcaudones resulta especialmente importante para esas hembras “solteras”.
Se sabe que la curruca gavilana más longeva vivió hasta los 12 años.
La IUCN la considera “no amenazada”. En el sur de Finlandia se han contado hasta 20 parejas en 10 hectáreas pero en Kazajistán se dio el record con 300 en un kilómetro cuadrado. Aún así, se extinguió en Dinamarca. Parece ser que el pastoreo tradicional (no intensivo) es un buen sistema para mantener la vegetación tan variada y bien estructurada como esta especie necesita.
