Carbonero palustre: no tan húmedo como lo pintan
Mallerenga d´aigua - Poecile palustris (Marsh Tit)
Con la presentación de este personaje, en “Conócelas” ya tenemos a los cinco páridos de Catalunya y España. Al resto de la familia los encontraréis en:
Carbonero garrapinos: el peque de la familia
Carbonero común: un pajarillo sin tonterías
Herrerillo capuchino: el monje forestal
Herrerillo común: un prolífico y vistoso pájaro
Ojo, que la mallerenga cuallarga y la de bigotis no son páridos. El carbonero palustre se ríe de sus apellidos porque, aunque también se le puede hallar cerca del agua (como al Carbonero común, por ejemplo), no es un bicho de orilla. El inglés (marsh = marisma) tampoco es acertado ya que difícilmente lo veréis entre el carrizo y ni mucho menos entre la salicornia.
Le gustan los bosques caducifolios o mixtos, pero maduros, húmedos y umbríos con madera muerta y buena cobertura de sotobosque.
L@s novat@s pueden frustrarse mucho si lo buscan exclusivamente en bosques de ribera y sitios así, donde a veces lo encuentras (si el microclima le gusta) y a veces no.
Su distribución mundial es curiosa; abarca el este y el oeste del continente euroasiático pero no el centro. Y siempre en climas entre templados y fresquitos. Tanto es así que, en la península ibérica, solo está presente en la cornisa cantábrica, algún punto poco más al sur de ahí y en Navarra, norte de Aragón y de Catalunya. Pero en Catalunya tampoco lo veréis en cualquier sitio; solo en la Garrotxa, las comarcas de su entorno y en la esquina NO de Lleida (pre-pirineos y Pirineos).
El mejor sitio que conozco para observarlo en Catalunya es el bucólico paraje de La Moixina, a las afueras de Olot.
En Europa, hacia el norte, como mucho, llega hasta la mitad meridional de Noruega donde convive con el carbonero montano (Poecile montanus) antes conocido como carbonero sibilino; un pariente de aspecto muy similar al que sí le gusta el frío.
Siguiendo la tradición fenológica del resto de páridos europeos, el carbonero palustre tiene hábitos sedentarios. Acostumbra a ser confianzudo y, sobre todo en invierno, acude a los comederos para aves que se instalan allí donde vive.
De punta de pico a punta de cola mide entre 11 y 12 cm. Machos y hembras presentan idéntico aspecto. Su dieta consiste mayormente en invertebrados de los cuales consume una amplia variedad: moscas, chinches, abejas, avispas, escarabajos, pulgones, crisopas – no confundir con las marsopas, cetáceos escasamente arbóreos – polillas, ácaros, arañas, caracolillos y pequeñas babosas. De postre puede tomar cerezas, bayas de saúco, frambuesas, otros frutos del bosque y semillas pequeñas variadas (cardos, madreselva, gramíneas…)
