Marabú africano: el ave más fea del mundo
Marabú africà - Leptoptilos crumenifer (Marabou Stork)
La familia Ciconiidae se distribuye por climas templados y tropicales de todo el mundo y agrupa 20 especies repartidas en 6 géneros. Ostenta el dudoso honor de albergar el ave más fea del mundo: nuestro prota de hoy. Camina jorobado con lentas zancadas, un largo buche pelado péndula bajo su cuello, sobre su calva ondean lamentables plumones, tiene la cara medio carbonizada medio en carne viva y es adicto a los cadáveres y las basuras. Lo que se dice un poema. Parece una cigüeña que bebió alguna pócima maligna y se transformó en eso. A mí me encanta pues casi se diría una muestra del sentido del humor (negro) de la madre naturaleza.
Su distribución incluye la mayor parte del África subsahariana y, aunque es de hábitos sedentarios, hay ejemplares que se echan a volar y llegan tan lejos como Francia. En España hay algunas citas de divagantes genuinos y otras de escapes de zoológicos y colecciones privadas. En mayor o menor medida, está presente en todos los países que quedan por debajo de la línea imaginaria que une el norte de Senegal con el centro de Eritrea, aunque en algunos escasea mucho. Habita la sabana, herbazales, humedales diversos y se ha acostumbrado a rondar por los poblados a la búsqueda de basura, animales atropellados y/o descarte de pescado. En Uganda lo he visto pasear despacio – y esperar impasible – entre las mesas de un restaurante al aire libre aguardando a que algo de comida caiga al suelo. Pero no todas sus poblaciones toleran la proximidad humana.
De punta de pico a punta de cola mide entre 115 y 152 cm. Con 287 cm de envergadura alar máxima, supera por 11 cm al más grande de los buitres leonados (voltor comú). La cigüeña blanca (cigonya blanca) se queda en los 165 cm. Machos y hembras resultan idénticos (ausencia de dimorfismo sexual) aunque, en promedio, los machos sean más grandes que las hembras.
El marabú africano no solo come carroña y basura, que conste; también captura una gran variedad de invertebrados y vertebrados: desde peces a grillos y de termitas hasta pollos de flamenco, escarabajos, lagartos, lombrices, serpientes, cangrejos, ranas, orugas, ratas… Pero lo vegetal, ni catarlo.
Nidifica colonialmente en grupos que, típicamente, cuenta con entre 20 y 60 nidos aunque a veces alcanzan varios miles. En sus colonias suelen mezclarse otros cicónidos y también algunas garzas. Curiosamente, guarda silencio la mayor parte del año pero en las colonias de cría se vuelve muy ruidoso y, entre diversas vocalizaciones (ninguna musical…), destaca un crotoreo – “aplauso” con las dos mitades del pico – algo más corto que el de la cigüeña blanca.
Suele montar el nido en árboles altos pero puede aprovechar acantilados e incluso edificios. No he leído nada a cerca de quien monta el nido, incuba o cuida de los pollos pero posiblemente ambos conyugues colaboren como sucede con las cigüeñas. Los jóvenes más precoces desarrollan su primer plumaje completo a los 95 días de edad. Y alcanzan la madurez sexual a partir de los 4 años. Se ha comprobado que, en libertad, el marabú africano puede vivir hasta los 25 años. Y hasta los 41 en cautividad.
La explosión demográfica humana de los países africanos le ha favorecido y la IUCN lo califica como “no amenazado”. Rara vez se le caza ya que ¡a ver a quien le apetece comérselo! Existen supersticiones que prohíben matarlo y comunidades que reconocen su utilidad como eliminador de basura y limitador de plagas y enfermedades.