Curruca carrasqueña: de paso por Barcelona
Tallarol de garriga – Sylvia cantillans (Subalpine Warbler)

De entre la legión de pajarillos que llegan a Europa traídos en alas de la primavera, he aquí uno la mar de majo. Como buena curruca, la carrasqueña se mueve entre matorrales y ello la hace difícil de observar. No obstante, según el ICO, entre 145.000 y 600.000 parejas (dependiendo del año) crían en Catalunya. Su población alcanza las máximas densidades en las comarcas pre-pirenaicas de La Noguera, el Pallars Jussà, l´Alt Urgell, la Segarra, el Solsonés y el Berguedà. En paso primaveral y otoñal también es fácil de ver en casi cualquier masa de vegetación densa, incluidos los parques urbanos como Diagonal Mar y la Ciutadella, donde ningún año, hasta ahora, me ha faltado a la cita de finales de marzo a mediados de mayo y de primeros de septiembre a primeros de octubre. Así que, salvo que le salga mal la cosa, se ríe del frío ya que no es un estival temprano y tampoco espera a que madure el otoño para migrar.

Durante el paso, tanto de primavera como de otoño, no es difícil observarla en algunos parques de Barcelona.

Cría en áreas arbustivas con arbolado disperso – especialmente encinas – ya que es un paseriforme típicamente mediterráneo, aunque gusta de entornos más secos que la curruca capirotada (Tallarol de casquet) y llega algo más arriba que la curruca cabecinegra (Tallarol capnegre) con quien comparte muchas zonas, pues la cabecinegra sube hasta los 1300 m.s.n.m. mientras que la carrasqueña alcanza los 1700 m (2200 m en el Atlas marroquí).

Más allá de Catalunya, se reproduce en buena parte de la península ibérica y los países mediterráneos hasta la mitad occidental de Turquía. También en Marruecos, Argelia, Túnez y un pequeño reducto en la costa NO de Libia. Chipre ya le queda demasiado al este y el centro de Francia demasiado al norte. La isla de Mallorca, Cabrera, Córcega y Cerdeña están ocupadas por la curruca subalpina (Sylvia subalpina) que, hasta hace poco, era considerada una subespecie de la carrasqueña. Ni una ni otra se suelen ver por las Canarias.

En otoño, la curruca carrasqueña vuela hacia el sur para pasar el invierno en algunas zonas de Argelia y Libia, así como en el sur de Mauritania, Mali, Níger, Chad y el norte de Sudán del Norte.

De punta de pico a punta de cola mide unos 12 cm y, tal como sucede con bastantes currucas, existe dimorfismo sexual; el macho se muestra en la foto del final y la hembra es una versión light, con dorso y alas pardas, fino anillo orbital blanco que rodea otro, muy sutil, de color rojo y garganta crema pálido respecto a la cual contrasta poco la bigotera blanca. El ejemplar de la foto de cabecera es un joven (sexo indeterminado) de cuatro o cinco meses de edad.

Como supondréis, la dieta de la curruca carrasqueña no se compone de ñus, pero carnívora sí que es porque consume invertebrados variados y sus larvas; arañas, efímeras, grillos, insectos palo, polillas, hormigas… En menor medida ingiere bayas y frutillas, sobre todo tras la migración otoñal, ya en África.

Curruca carrasqueña europea: de paso por Barcelona – ¡Conócelas! 179 – Grupo Local SEO BARCELONA
Curruca carrasqueña macho, Parc de la Ciutadella (Barcelona) marzo 2016

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Salvador Solé

Ornitólogo, fotógrafo, viajero y articulista. Socio de SEO/BirdLife desde 2002, colabora con el Grupo Local SEO Barcelona desde su fundación en 2010 y desde el mismo imparte cursos y charlas, también es guía de excursiones ornitológicas divulgativas.

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