Gavilán común: ornitófago forestal
Esparver comú - Accipiter nisus (Eurasian Sparrowhawk)
Si dos semanas atrás os hablaba del esmerejón (Esmerla), terror de los paseriformes de los llanos abiertos, ahora os hablaré del gavilán común, terror de los paseriformes forestales.
Dotado de alas cortas y fuertes, capaces maniobrar rápido en el prieto laberinto de las copas arbóreas, tampoco es raro verlo en zonas más despejadas, sobre todo durante las migraciones y el invierno.
Es un ave bastante habitual que diviso, mejor o peor, cada año en varias ocasiones. Lo puñetero es distinguirlo del azor común (Astor), un pariente que ataca presas mayores y cuyo macho es del tamaño de la hembra del gavilán; en los Accipiter, las hembras son visiblemente mayores que los machos. Su estilo de vuelo, de aleteos rápidos alternados con planeos, ayuda a diferenciarlo del azor común aunque insisto en que hace falta práctica para identificar ambas especies.
Además del menor tamaño (rasgo no siempre evidente), el macho de gavilán común tiene la mejilla anaranjada y pecho finamente barrado de ese color, mientras que la hembra es más en blanco y negro. Ella vuela en la foto de cabecera y un joven caballero posa en la foto de abajo.
Como muchas otras aves rapaces, sufrió una importante merma de población a causa de los pesticidas durante las décadas de 1950 y 1960 pero, desde que se prohibieron los organoclorados, ha recolonizando muchas zonas donde llegó a extinguirse. No se libró de la persecución de los cazadores pero también eso ha ido quedando atrás y ahora, en la mayor parte de su distribución, se mantiene estable o en aumento. En Catalunya, el abandono de la agricultura ha ampliado la masa forestal y eso es una buena noticia para él, que se ríe del hambre. Hacia el año 2002 el ICO estimó la población catalana de esta especie en entre 2000 y 4000 ejemplares maduros y es de suponer que actualmente son más.
Lo podemos encontrar en casi cualquier bosque o arboleda extensa, así como en los campos anexos, donde es bastante más fácil de ver. Algunos ejemplares se aventuran en los parques urbanos, pues la vida fácil vuelve confiadas a sus presas. Habita desde los pinares costeros hasta, excepcionalmente, los 4.500 m.s.n.m.
De punta a punta de ala, la hembra mide entre 65 y 78 cm mientras que el macho se queda en entre 56 y 65 cm.
Su dieta es ornitófaga, depredando sobre paseriformes tales como pinzones (pinsans), escribanos (Repicatalons, Gratapalles, Verderola, Sit negre…), bisbitas (piules y titelles), carboneros (mallerengues), gorriones (pardals) y alondras (aloses). Las mayores presas con que se atreven los machos son mirlos (merlas), zorzales (tords) y estorninos (estornells), mientras que las hembras son capaces de atacar a lagópodos escandinavos (Perdiu d´Escandinavia), perdiz pardilla (Perdiu xerra) e incluso paloma torcaz (Tudó). Solo come topillos y ratones de campo cuando estos sobreabundan y resultan fáciles de capturar. Se le ha visto cazar reptiles, murciélagos y gazapos pero parece que eso es más bien raro.
En Europa central su fenología es parcialmente migratoria, pero plenamente estival en la taiga rusa e invernal en el Asia templada y tropical. Su área de distribución mundial abarca desde Escocia hasta Japón, ocupando la taiga siberiana cientos de kilómetros al NO de la península de Kamchatka. Por el sur, en invierno, alcanza el norte de Tanzania, sur de la India, norte de Tailandia y SE de China. En la península ibérica es un ave común y en Europa se la considera la rapaz diurna más numerosa, récord que comparte con el busardo ratonero (Aligot comú).
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