Falaropo picogrueso: hembras al poder
Escuraflascons becgròs – Phalaropus fulicarius (Grey Phalarope)
Hay un pequeño tanto por ciento de aves que, en lo que a roles de pareja, funcionan al revés de la mayoría. Del Chorlito carambolo (Corriol pit-roig) ya hablamos en “Conócelas” pero el trío más representativo de esta curiosa forma de llevar sus asuntos conyugales son los falaropos, quienes se ríen de los convencionalismos y tienen tanto éxito reproductivo como el resto de limícolas.
Hay tres especies de falaropos; picofino, picogrueso y tricolor. Y en las tres, es la hembra la que elige y defiende el territorio, a la greña con otras hembras. Ellas son más vistosas que los machos, quienes se quedan solitos para incubar los huevos que puso su señora. El macho también es quien se encarga de sacar adelante, en solitario, a la prole que, por suerte, como en tantas limícolas, nace muy adelantada (pollos nidífugos).
El más colorido de los tres falaropos es el picogrueso. El picofino es el que resulta menos escaso en Catalunya, aunque sigue siendo una rareza. De punta de pico a punta de cola, el picogrueso mide entre 20 y 22 cm lo que está a medio camino entre los 18/20 cm del picofino y los 22/24 cm del tricolor. Un dato curioso es que los tres, en plumaje de eclipse, presentan libreas blancas y grises con algún toque de negro. Y en plumaje nupcial son el picofino y el tricolor los que conservan plumas grises; el picogrueso carece de gris en su plumaje nupcial (véase foto de abajo) y a ese, precisamente, los ingleses lo han llamado Grey Phalarope; de verdad ¿en qué piensan cuando ponen nombres?
Los falaropos emplean diversas tácticas para capturar los pequeños invertebrados de los que se alimentan pero una de ellas la tienen en exclusiva: en charcas de poca profundidad, empiezan a girar sobre sí mismos como una peonza, alcanzando una velocidad máxima de hasta 57 vueltas por minuto. Eso genera en el agua un remolino que hace subir a la superficie los mini-invertebrados acuáticos. Entonces, en plena fase derviche, los falaropos picotean rápidamente la superficie para pillar a unas víctimas “abducidas” hacia arriba y quizás un tanto mareadas. ¡Qué cosas tienen las aves!
En la tundra, donde el falaropo picogrueso pasa la primavera y parte del verano, come larvas de insectos y pequeños crustáceos. Durante el invierno – que transcurre en el mar, generalmente lejos de la costa – se nutre de zooplacton.
Transcurren los años sin que se vea un falaropo picogrueso en Catalunya aunque en migración tiene una presencia regular (en pequeños números) a lo largo de la cornisa cantábrica. El de la foto de cabecera (plumaje de eclipse) apareció en el Pantá d’Utxesa a primeros del 2012; es la única vez, en 25 años, que lo he visto por aquí.
En verano se le encuentra en las tundras de Alaska, Canadá, el centro y este de Siberia, las islas Svalbard (Noruega) y en algunos puntos del oeste de Groenlandia. La población euroasiática emigra (principalmente sobre el mar) hasta las plataformas continentales del África occidental, desde el Sur de Marruecos hasta Cape Town (Sudáfrica). Las poblaciones alaskeñas, canadienses y groenlandesas bajan hasta el Caribe, por un lado, y desde California hasta la Patagonia chilena, por el otro.
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