Chotacabras europeo: cierto runrún nocturno
Enganyapastors – Caprimulgus europaeus (European Nighjar)
Los chotacabras pertenecen a la gran familia Caprimulgidae y por ello están más emparentados con los vencejos – ¡y con los colibrís! – que con los búhos y lechuzas (Strigiformes).
En la península ibérica cría también el chotacabras cuellirrojo (Siboc) pero, en el resto de Europa, solo se reproduce el que hoy nos ocupa.
Su área de distribución estival, de sur a norte, abarca desde el norte de Marruecos, Argelia y Túnez hasta el SE de Noruega, sur de Finlandia, de Suecia y cuadrante SO de Rusia. Por el oeste su límite es Portugal, la Bretaña francesa e Inglaterra, pero, hacia el este, se estira hasta alcanzar Mongolia y zonas del NO y NE de China. Toda la población de chotacabras europeo de ese vasto territorio emigra en otoño al África subsahariana para pasar el invierno en dos grandes áreas; una que va desde Senegal hasta Camerún y otra cuyo extremo septentrional es Uganda y la mitad meridional de Kenia, extendiéndose hasta la sudafricana Ciudad de El Cabo. Siendo, pues, un migrador de larga distancia, el chotacabras europeo se ríe de los trayectos en metro.
Como cualquier ave nocturna, cuesta lo suyo de ver, pero no tanto de oír.
Su peculiar reclamo, cual motorcillo de ronroneo continuo, lo delata al cerrarse la noche, hora en que inicia sus primeros vuelos, aunque solo “canta” cuando está posado. Habita tanto espacios abiertos con arbustos como bosques diversos junto a claros, arboledas recientemente taladas e incluso plantaciones forestales jóvenes; casi cualquier entorno con suficiente cobertura vegetal, en terreno seco o junto a humedales y ciénagas. En Catalunya está muy extendido y, hace años (Atlas del ICO 1999-2002) se le calculaba una población reproductora de entre 20.000 y 27.000 parejas. Así que, suponiendo que no haya menguado desde entonces, el chotacabras europeo no es, para nada, un bicho escaso. De hecho, su tendencia parecía positiva, aunque eso podría deberse a las mejoras de la prospección. No tengo localizado ningún lugar realmente bueno para observar esta especie. Pero, a partir del 10 de septiembre, podéis probar suerte en la divisoria de aguas del Montnegre, al NO de Mataró y allí donde el bosque mediterráneo limite con zonas agrícolas o arbustivas. Para buscarlo hay que empezar a la puesta de sol, echarle paciencia y afinar el oído pues, curiosamente, estas aves también “cantan” en las pausas de su viaje migratorio. Os recomiendo realizar primero un recorrido diurno para localizar las zonas que parezcan promisorias y luego visitarlas en las primeras horas de la noche, haciendo escuchas.
La dieta del chotacabras europeo se basa en los insectos voladores que captura en el aire abriendo una sorprendente boca de rana, pues el pico parece minúsculo. Desde su punta a la de la cola mide entre 24 y 28 cm, con un máximo de 59 cm de envergadura alar (con las alas abiertas al máximo). Machos y hembras presentan casi el mismo aspecto; la hembra carece de las manchas blancas en la punta de las plumas externas de la cola y en las 2ª, 3ª y 4ª primarias. Pero tened en cuenta que, como eso también les sucede a los machos jóvenes, estos no se diferencian de las hembras en otoño, excepto con el pájaro en mano.
Servidor d’Informació Ornitològica de Catalunya (SIOC)
Handbook of the Birds of the World