El carnaval de los carboneros
Breve crónica de la salida ornitológica a Olot enero 2015
Huir de Barcelona no es complicado aunque sí tedioso, interminables madrigueras sucediéndose mientras desde nuestros ambulantes exoesqueletos comunales fatigamos extrarradios cada vez más lejanos, ninguna ciudad se acaba nunca y la mano del hombre puebla una enorme Barcelona interminablemente sin pájaros.
El largo amanecer de invierno propicia una mañana de escarcha y niebla que se alarga al acceder a las llanuras interiores. Allí en los desolados espacios que parecen salir de una profunda catástrofe las primeras huellas del sol nos devuelven un atisbo de esperanza, algún zorzal, algún ratonero se muestran fugazmente como supervivientes ateridos y entendemos que el madrugón al final quizás tenga sentido.
Es harto conocido el aforismo de Eugenio d’Ors que nos señala que todo aquello que no es tradición es plagio, y en el Grupo Local SEO Barcelona, nuestro impagable Salvador Solé lo ha tomado como inspiración profunda innovando con acierto la tradicional visita ornitológica invernal a Olot. Así incorporó al recorrido habitual la zona de huertas que en las orillas del Fluviá se extiende al suroeste de Olot. Esta innovación tradicional convertiría un paseo bajo el sol que se nos había anunciado como “observación de aves campestres y forestales tanto residentes como invernantes” en lo que María José, veterana del grupo, resume con un “lo pasamos bien en Olot, día resplandeciente”.
La algarabía de pinzones, verderones, o bandos de molineros, se salpicaba con breves encuentros revitalizadores: zorzal alirrojo, picogordo o un fugaz camachuelo en vuelo, orondo y rojo perdiéndose en vuelo tras la arboleda. Breves escribanos soteños, tarabillas o reyezuelos listados precediendo abundantes mosquiteros que enredados con mitos poblaban la orilla del río. Así mientras completabamos el recorrido fuimos testigos de la incansable actividad de los pequeños pájaros, ya currucas, ya tarabillas mientras el sol y el frío daban cierto respiro a los fotógrafos.
Ya a mediodía el Parc Nou de Olot, tras recibirnos con sus herrerillos, comunes y capuchinos, nos había reservado un espectáculo que integró con éxito la performance ornitológica de una troupe donde el entusiamo desborda con cierta facilidad, con el vodevil que abigarrado reparto de carboneros palustres y trepadores azules, con breves intervenciones de petirrojos o agateadores, desarrolló incansablemente frente a nosotros. Este pajarillo fantástico, tantas veces esquivo, siempre breve, recorrió incansable ramas y ramitas, en un interminable carrusel de entradas y salidas.
Parecía que la misa estaba dicha pero, mientras parte del grupo se retiraba a sus lejanos aposentos, otro grupo decidió prolongar el recorrido hasta al cercano parque de la Moixina, zona boscosa que depararía a los más tenaces de todos nosotros el último hito de la jornada: un pico menor.
Me inclino a pensar que fue un gran día. Gracias a todos por participar y estad atentos a nuestras próximas actividades que podéis seguir aquí mismo en nuestro calendario de actividades 2015 o en nuestra página de Facebook.
Garza real | Colirrojo tizón | Trepador azul |
Cigüeña blanca | Tarabilla común | Agateador europeo |
Ánade azulón | Zorzal común | Urraca común |
Paloma torcaz | Zorzal alirrojo | Arrendajo euroasiático |
Tórtola turca | Mirlo común | Corneja negra |
Pito real | Curruca capirotada | Estornino pinto |
Pico picapinos | Curruca cabecinegra | Gorrión común |
Pico menor | Mosquitero común | Gorrión molinero |
Avión roquero | Reyezuelo listado | Pinzón vulgar |
Bisbita pratense | Carbonero común | Jilguero europeo |
Lavandera blanca | Herrerillo común | Verderón común |
Lavandera cascadeña | Herrerillo capuchino | Camachuelo común |
Acentor común | Carbonero palustre | Picogordo común |
Petirrojo europeo | Mito común | Escribano soteño |
Fantástica experiencia excelentemente relatada por Roberto. Como bien dice Salva, “vale la pena vivir estas ocasiones”.
Que envidia (sí, la de los siete pecados capitales) me dais… A ver cuando mi espalda me permite reincorporarme a las actividades y no perderme ni uno de los avistamientos. Saluditos.
Sí, fue un buen día; en cuanto iniciamos el paseo, quedaron en suspenso los agobios cotidianos y tanto el clima como el reparto ornitológico resultó agradecido. Es reconfortante ver que la dedicación que nuestro GL pone en las actividades, desde la actualización constante de este mismo blog hasta el guiaje de las salidas pasando por su organización, atrae a mucha gente interesada, sana y hermanada en la vocación por las aves. Vale la pena vivir estas ocasiones.