Arrendajo euroasiático: el repoblador
Gaig - Garrulus glandarius (Eurasian Jay)
Mucha gente se sorprende cuando se entera de que el arrendajo euroasiático es un córvido, pariente cercano de la urraca, la corneja, las chovas, etc… Y es que viste con una elegancia desconocida en su familia por estas latitudes. En Asia y en América existen córvidos espectacularmente coloreados y pero no es algo de general conocimiento ya que, en Europa, casi todos los córvidos son negros. Otra excepción es el cascanueces común, cuya ficha podéis encontrar también en “Conócelas”.
El arrendajo euroasiático es una ave sedentaria cuya área de distribución se extiende desde Portugal y el norte de Marruecos hasta Japón, el este de China y Vietnam.
Se ha diversificado en nada menos que treinta y cuatro subespecies, algunas con la cabeza blanca como la ssp. G. g. leucotis otras con el dorso gris como G. g. cervicalis. Habita zonas forestales muy variadas desde el nivel del mar hasrta los 4000 m de altitud. En España y Catalunya está presente en cualquier área forestal medianamente extensa, lo más cerca de Barcelona en Collserola. Durante un paseo por el Parc Nou de Olot y la zona de la Moixina (Garrotxa) deberíamos ver varias veces esta especie, aunque siempre en vuelo o posada lejos, en los árboles. Su destemplado grito lo delata a menudo.
El arrendajo euroasiático es omnívoro; en primavera y verano (y siempre que puede en otoño e invierno) captura insectos, orugas y escarabajos. Pero también huevos y polluelos de aves del tamaño máximo del gavilán. Como hechos aislados, se le ha observado intentando pescar un pez en un río, capturar murciélagos en el hueco de un árbol y atacar un comedero de cacahuetes. Entre mediados de septiembre y mediados de diciembre se le ve muy a menudo llevando bellotas en el pico, pero no lo hace para alimentar a sus pollos (que nacieron en primavera y se alimentaron de invertebrados) si no para esconderlas.
Allá donde haya robles y encinas, el arrendajo es un activo factor de dispersión de sus semillas.
Durante el otoño las va buscando, trasladando y guardando en hasta doscientos escondrijos (agujeros en el suelo, en los troncos muertos, entre raíces…) Se sabe que, en un solo mes, un ejemplar de arrendajo llegó a esconder tres mil bellotas. Es obvio que este pájaro, al igual que las hormigas y las ardillas, se ríe de la cigarra. Si el invierno viene duro, recurrirá en gran medida a esas despensas. Si no, muchas bellotas quedarán olvidadas y bastantes de ellas brotarán en primavera. Imaginad la potencia repobladora de las decenas de arrendajos que pueden vivir en unos cuantos kilómetros cuadrados de bosque…
De punta de pico a punta de cola mide entre 32 y 36 cm. Machos y hembras presentan idéntico aspecto, fenómeno típico entre los córvidos. También igual que muchos de ellos, los arrendajos son enormemente desconfiados respecto al ser humano y por eso cuesta horrores verlos de cerca, ya no digamos retratarlos. Solo en algunos parques ciudadanos (ninguno ¡ay! que yo conozca) a veces son más confiados.