Tangara golondrina: família de raritos
Tàngara oreneta - Tersina viridis (Swallow Tanager)

La tangara golondrina es de esas especies curiosas que obligan a los taxónomos a inventar un género exclusivo. Es lo mismo que pasa con el sisón común (sisó) único Tetrax del mundo, la agachadiza chica (becadell sord) solitaria representante del género Lymnocryptes o el bigotudo (mallerenga de bigotis) que no solo tiene un género para él solo (Panurus) si no incluso una familia (Panuridae).

En 1811, el científico que la descubrió – J.K.W. Illiger – consideró que era una golondrina y la bautizó Hirundo viridis. Estudios posteriores la integraron en la gran familia Thraupidae con sus 384 especies repartidas entre el norte de México y el extremo sur de la Patagonia. Claro que dicha familia está llena de personajes raritos ya que hay otras 46 especies de tangaras y afines que son las únicas en su género.

De punta de pico a punta de cola mide entre 14 y 15 cm. En la foto de cabecera se aprecia la anchura del pico, típico rasgo de las golondrinas (orenetas), los vencejos (falciots), los chotacabras (enganyapastors) y de algunos papamoscas. Ese diseño evolucionó para ser efectivo en la captura de insectos al vuelo. El ejemplar de la foto de cabecera y del final del texto es un macho. A la hembra te la muestro aquí mismo:

Hembra de tangara golondrina (Serra da Canastra – SE Brasil 21-10-2019). Foto de Salva Solé.

A despecho de la especialización de su pico, la dieta de este ave se compone mayoritariamente de fruta aunque también consume artrópodos (sobre todo insectos voladores) en proporción variable, según el lugar y la época. Su técnica de caza se asemeja más a la de los papamoscas (salidas desde ramas) que a la de las golondrinas (vuelos largos). Hay momentos del año y regiones donde apenas cata la materia animal y se alimenta exclusivamente de fruta y bayas. Quizás la anchura del pico sea el recuerdo de una época en que estaba mucho más especializada en la caza de insectos aéreos aunque, como le sirve igualmente para comer fruta, no ha necesitado “actualizar” la forma del pico.

Las parejas crían en solitario o en pequeñas colonias. En lugares idóneos, llegan a nidificar muy cerca unas de otras. El macho suele defender una pequeña zona o limitarse o vigilar el hueco de anidación, pero se considera que no son territoriales. Es la hembra quien construye un nido débil y poco profundo trenzado con diversos materiales vegetales y ubicado en algún tipo de agujero: en un antiguo edificio o muro de piedra, en un acantilado, en el talud de un río, bajo de un puente o en un árbol. Aunque suele utilizar un hoyo existente, puede cavar su propio hueco en tierra blanda. Casi siempre pone tres huevos (rara vez 4). El macho se va de rositas mientras la hembra carga con toda la incubación, que dura entre 13 y 17 días, pero se vuelve atento en el momento de la eclosión e incluso, en ocasiones, ayuda con la alimentación de los pollos.

La UICN clasifica a la tangara golondrina de “no amenazada” ya que, por el momento (2023) la mayoría de los lugares donde vive están protegidos de la deforestación o todavía no han sido explotados en ese sentido. Además, siempre que disponga de suficiente fruta y huecos donde montar el nido, es capaz de adaptarse al terreno alterado por el ser humano.

Macho de tangara golondrina (Serra da Canastra – SE Brasil 21-10-2019). Foto de Salva Sole.

Birds of the World

Salvador Solé

Ornitólogo, fotógrafo, viajero y articulista. Socio de SEO/BirdLife desde 2002, colabora con el Grupo Local SEO Barcelona desde su fundación en 2010 y desde el mismo imparte cursos y charlas, también es guía de excursiones ornitológicas divulgativas.

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