Bienteveo común: onomatopéyico y literal
Tirà reial gros - Pitangus sulphuratus (Great Kiskadee)

Puede que este sea el papamoscas más popular desde México hasta el norte de la Patagonia argentina. Su presencia en pueblos y ciudades es habitual y conspicua. Con 24 cm de punta de pico a punta de cola es solo dos o tres centímetros más pequeño que “nuestro” mirlo común. Ocupa varios tipos de selvas y arboledas, humedales y su entorno, sabana arbustiva, terreno agrícola, parques y jardines tanto urbanos como suburbanos. Otros nombres populares que se le dan: Cristofué (en Honduras y Venezuela) y Pitogüé (en Paraguay). Al igual que Kiskadee y bienteveo, todos tienen origen onomatopéyico al intentar reproducir su reclamo más frecuente, que consta de tres sílabas, con la tercera – fíjate – algo desdoblada: veo, fué, dee y güé…

Machos y hembras presentan el mismo aspecto y tamaño, así que carece de dimorfismo sexual. Se especula con que el antifaz negro, en absoluto exclusivo de esta especie (acuérdate de los alcaudones), ayudaría a reducir el deslumbramiento periférico para poder ver bien en los entornos soleados. Poco me convence esa tesis pero tampoco puedo opinar porque no he leído sus argumentos.

El bienteveo común pertenece a la enorme familia Tyrannidae: nada menos que 441 especies de papamoscas y similares repartidos entre Canadá y Tierra del Fuego, muchas islas incluidas, por ejemplo, en el Caribe.

Se le considera mayormente sedentario aunque hay algún caso de desplazamiento largo (hasta 2000 km) y de migración altitudinal (invierno/verano) en varias zonas montañosas.

Tiene una dieta tan amplia que recuerda más a la de un córvido que a la de un papamoscas. Sus platos preferidos son los artrópodos (insectos, arañas, ciempiés…) y los caracoles. Entre los vertebrados que consume con regularidad se encuentran pequeños peces, renacuajos, lagartijas, serpientes jóvenes, murciélagos y ratones. Los peces los captura acechando y zambulléndose al estilo de los martines pescadores y luego golpeando la presa hasta matarla, lo cual le puede llevar cosa de 13 minutos. También consume fruta diversa y no desdeña casi nada de lo que le damos los humanos; pan, bollería industrial, embutido e incluso comida para perros. Antiguamente, perseguía los carros de las carnicerías para pillar bocados.

A pesar de su abundancia y cercanía a ser humano, todavía no está suficientemente estudiado y mucho de lo que se sabe de su reproducción y cría proviene de observaciones casuales. Esto sucede con la mayoría de las aves tropicales. Puede nidificar en ramas, huecos de árboles, antiguos nidos de pícidos, enredaderas densas, construcciones humanas… Muestra cierta debilidad por los lugares que quedan cerca del agua. La mayoría de tiránidos no nidifican en cavidades pero ese podría ser un rasgo primitivo que conservan algunas especies. Ambos miembros de la pareja construyen el nido sobre todo con hierba y, a veces, también algo de musgo, papel, lana, algodón e incluso plástico, creando una estructura aproximadamente ovalada con una entrada redonda en un lado. Suele robar material de otros nidos que estén abandonados o mal vigilados. El nido terminado mide entre 36 y 46 cm de largo por unos 25 cm de diámetro máximo. Se han tomado medidas de muy pocos nidos. La hembra – quien si no – pone entre dos y cinco huevos. Parece que solo ella incuba pero ambos miembros de la pareja alimentan a los pollos con invertebrados y fruta. Hay un ave (Molothrus bonariensis) que, de tarde en tarde, consigue poner un huevo en nidos de bienteveo común. Algunos de ellos son expulsados y los padres persiguen a esta especie si se acerca a menos de 15 metros del nido. En definitiva, son muy pocos los polluelos de Molothrus que llegan a salir adelante de ese modo.

La población total del bienteveo común se ha calculado en 20.000.000 de individuos y parece que la tendencia es a aumentar ya que se aprovecha bien de la devastación que el ser humano extiende a su alrededor y que pone a tantas especies en peligro. Por ejemplo, le beneficia la extensión del regadío. En consecuencia, la UICN lo clasifica de “no amenazado”. Sin embargo, se ignora porqué se halla ausente de los ecosistemas aptos que hay en el lado occidental de los Andes, desde el sur de Colombia hasta Chile.

Bienteveo común (SE Brasil 28-10-2019). Foto de Salva Solé.

 

Birds of the World

Salvador Solé

Ornitólogo, fotógrafo, viajero y articulista. Socio de SEO/BirdLife desde 2002, colabora con el Grupo Local SEO Barcelona desde su fundación en 2010 y desde el mismo imparte cursos y charlas, también es guía de excursiones ornitológicas divulgativas.

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