Petirrojo europeo: el pájaro simpático
Pit-roig - Erithacus rubecula (European Robin)
Sin duda, es una de las aves más simpáticas de nuestra geografía. Ello se debe a su colorido, su aspecto habitualmente redondito y su carácter descarado. Al abundar en invierno, se hace omnipresente. Por su personalidad curiosa e incluso atrevida, pronto se le coge cariño y deja de ser el petirrojo europeo para convertirse en “el Peti”; casi un amigo que, aunque se trate de individuos distintos, parece acompañarte en las salidas y te recuerde su presencia incluso cuando no está a la vista con su continuo reclamo desaprobatorio “tch… tch…”. No obstante, es un ave muy territorial (de ahí que siempre se acerqué a ver quien entra en su “casa”) y se ha constatado que dos machos de igual vigor pueden pelearse hasta el mutuo aniquilamiento, “delito” que muy pocas aves cometen, ni siquiera las aparentemente feroces águilas y halcones. Por eso, el Peti se ríe de los leones, que pocas veces llegan a las zarpas y mucho menos a matarse entre ellos, A ese respecto, podríamos decir que el petirrojo es muy humano.
El área de distribución del petirrojo está muy ceñida al ámbito europeo, pero “invade” Rusia en primavera para criar y algunas poblaciones emigran al norte de África para pasar el invierno.
En Catalunya (como en España) es una especie residente que realiza desplazamientos altitudinales. En los Pirineos cría hasta los a 2000 metros de altitud, pero cuando empieza a hacer frío desciende hasta el llano.
No obstante, algunas parejas se reproducen en zonas al nivel del mar. Desde el centro de Europa nos llegan cada otoño decenas de miles de petirrojos que prefieren volar algún que otro millar de kilómetros para encontrar abundancia de comida en nuestros climas templados. De ahí que sea tan usual topárselo en invierno, incluso en las calles de Barcelona.
Sus ecosistemas típicos son las arboledas con sotobosque, bosques de ribera y, de hecho, casi cualquier comunidad vegetal con suficiente cobertura, lo cual incluye huertos, parques y jardines, siempre que el clima retenga, la mayor parte del año, cierta humedad.
Se alimenta de gran cantidad de invertebrados e incluso de los vertebrados más pequeños (crías de lagartija, ranitas, etc…) pero también de bayas y semillas. Tampoco le hace ascos a las miguitas de pan, los restos de tortilla y otros alimentos humanos a los que se aficiona en parques y jardines. Machos y hembras presentan idéntico aspecto y, de punta de pico a punta de cola, miden unos 14 centímetros.