Autillo europeo: silbido minimalista
Nuestra rapaz nocturna más canija es, además, la segunda más abundante por detrás del cárabo común (Gamarús). De punta de pico a punta de cola mide entre 16 y 20 cm. Machos y hembras presentan el mismo aspecto: el de la corteza de un árbol. Hay ejemplares (de ambos sexos) más bien grises, otros pardos y algunos levemente rojizos. Mapas recientes lo delatan como residente escaso en las Islas baleares y tercio sur de la península ibérica. También en el sur de Cerdeña, punta SE de Italia, toda Sicilia, mitad meridional de Grecia y sus archipiélagos, extremo occidental de Turquía e Isla de Chipre. Esa es una franja muy estrecha que no abarca el norte de África y que cuenta con pocos ejemplares sedentarios. En Marruecos, Argelia y Túnez es igual de estival que en Portugal, la mayor parte de España (Catalunya incluida) y sur de Europa, desde Francia hasta Bulgaria. Luego se extiende hacia el este hasta el norte de Mongolia, por el sur de Rusia, parte de Kazajstán, Turquía, Oriente próximo y Oriente medio. No llega a la India y solo roza las fronteras occidentales de China. También está ausente en el Reino Unido y de Alemania hacia al norte, excepto como rareza. En zonas cálidas como Pakistán, puede llegar a criar hasta a 3.000 m.s.n.m. pero normalmente lo hace por debajo de los 2.000 m.
En Catalunya es común en primavera y verano pero sus hábitos estrictamente nocturnos lo hacen muy difícil de observar; yo solo lo he visto tres veces en veintitrés años.
Le delata su reclamo, un silbido minimalista que solo es un poco más grave que el del sapo partero, con quien a menudo se le confunde. Por eso se ríe cuando, intentado localizarlo de oído, los humanos deducimos que el autillo está… debajo de una piedra.
Para nidificar necesita oquedades de mediano tamaño, por ejemplo las que perforan los pícidos de mediano y gran tamaño. Lo podemos hallar en parques y jardines, así como en cualquier arboleda, bosquete o gran árbol aislado. También en ruinas. No suele habitar masas forestales densas, excepto allí donde limitan con áreas abiertas.
Caza principalmente insectos tales como escarabajos polillas y saltamontes pero también arañas y lombrices: los invertebrados suelen componer más del 90% de su dieta. Cuando está en vena se atreve con ranas, ratones, lagartijas, e incluso con paseriformes adultos hasta el tamaño de un zorzal alirrojo (Tord ala-roig) que es tan grande como él, o poco más. Pero esos alardes son muy raros. Los individuos que pasan el invierno en el entorno mediterráneo tienden a cambiar de dieta y, por ejemplo en Italia, capturan bastantes musarañas.
El grueso de la población de autillo europeo emigra a finales de verano hacia el África subsahariana, ocupando un territorio que va desde Senegal y Camerún hasta Etiopía y Tanzania, cuyo tercio sur marca el límite meridional de su distribución invernal.
Aunque no se le considera en peligro, las poblaciones europeas han declinado a causa de la progresiva escasez de insectos, una tragedia poco publicitada: nadie empatiza con los grillos… Pero, por ahora, el autillo europeo todavía se las apaña para ser común en muchos sitios.
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