Carbonero común: un pajarillo sin tonterías
Mallerenga carbonera - Parus major (Great Tit)
Amarillo, verde, azul mate, blanco y negro; son los colores de una de nuestras avecillas más comunes y simpáticas. Aunque estamos acostumbrad@s a verlo y por eso no solemos asombrarnos, su cromatismo soporta la comparación con muchas aves tropicales. Sabemos que el ejemplar de la foto de cabecera es una hembra porque la franja negra que le baja desde cuello por el centro del pecho es discontinua y va desapareciendo conforme baja. En los machos adultos la franja negra es gruesa, en la zona anal se ensancha de nuevo y se le nota incluso de espaldas (véase la foto de abajo). Los juveniles tienen la mejilla amarilla (no blanca) y apenas algún trazo de negro en el pecho.
De oeste a este, su área de distribución abarca desde Portugal hasta Japón. Las poblaciones más septentrionales viven en el norte de Noruega y Finlandia y las más meridionales en las islas de Timor, al S.E. de Borneo. En África solo ocupa las zonas norteñas de Marruecos, Argelia y Egipto. Puede abarcar tan amplio abanico de climas porque con unos cuantos árboles, ya es feliz. Le da igual si son píceas, castaños, chopos, madroños e incluso palmeras. De ahí que resulte habitual en parques y jardines e incluso en las hileras de arbolado de avenidas como la Gran Vía o la Diagonal, en Barcelona
Por citar entornos más plácidos de esa misma ciudad, mentaré el parque del Laberinto de Horta y el de la Ciutadella.
Si no nieva o el frío aprieta en exceso, prefiere permanecer fiel a sus zonas de residencia. En climas boreales es más móvil cuando llega el invierno, pero se le considera sedentario, migrador altitudinal y solo irruptivo (grandes cantidades de ejemplares vuelan centenares de kilómetros) si se da una emergencia climática.
En virtud de su adaptabilidad, el carbonero común se ríe de parientes tiquis-miquis como el carbonero palustre, comparativamente muy cargado de manías respecto al clima y el tipo de bosque.
De punta de pico a punta de cola, el carbonero común mide, como mucho, 14 cm. Los hay más pequeños (12,5 cm) en función la subespecie
Hay reconocidas al menos treinta y cuatro subespecies del Parus major
Su dieta estival se basa en invertebrados de todo tipo, aunque prefiere que los bichos midan, al menos, un centímetro. En otoño, invierno y arranque de la primavera tirará de casi cualquier cosa nutritiva que le quepa en el pico, desde semillas y fruta hasta néctar de flores e incluso savia de nogal. Tampoco desperdicia lo que se nos cae a nosotros; está documentada su depredación sobre cacahuetes, galletas, queso de bocadillo, pizza, patatas fritas, hamburguesa… Junto con otros páridos, el carbonero común protagonizó un asalto a escala nacional de las botellas de leche inglesas, esas que los lecheros dejan en la puerta y vienen selladas con un papel metalizado que aprendieron a perforar para despacharse unos tragos. Fue necesario colocar vasos de vidrio sobre los golletes para evitar que continuase el saqueo. No en vano estamos hablando de una de las aves paseriformes más astutas, solo superadas en ingenio por los córvidos.
Su canto típico es trisilábico. Resulta fácil de aprender, aunque el herrerillo común tiene cantos similares y al propio carbonero común se le han grabado más de cuarenta vocalizaciones distintas.
