Corneja cenicienta: nueva en El Prat
Cornella enmantellada - Corvus cornix (Hooded Crow)
Al igual que sucedió con la graja (Graula) la corneja cenicienta es un reproductor reciente en Catalunya.
Al Prat del Llobregat llegó una pareja en el 2016: se especula con que pudo venir en barco desde Francia, procedente de las colonias de esta especie que hay en la Costa Azul o en la isla de Córcega. Esa pareja – un miembro de la cual aparece en la foto de abajo – intentó criar en el 2016 pero no lo consiguió. Sin embargo, en el 2017 nacieron cuatro pollos aunque ignoro cuantos sobrevivieron; primera cita de cría en la península ibérica. En el 2019 y el 2020 una segunda pareja logró reproducirse un poco más tierra adentro, en Sant Boi del Llobregat. En 2022 resulta prematuro afirmar que sufrimos una “invasión” porque el azar puede dar al traste con la difusión de esta especie en Catalunya. Pero, aunque en el momento de escribir este artículo solo me constan dos parejas, cuenta como nueva especie nidificante.
De suyo propio es un ave muy sedentaria, entre común y abundante desde el norte de Francia hacia el norte y hacia el este. Durante mucho tiempo se la consideró una subespecie (Corvus corore cornix) de la corneja negra (Cornella negra). Y de hecho, se hibrida con ésta en una estrecha franja que va desde Dinamarca hasta el norte de Italia. Pero esa comunidad híbrida es estable, no se expande y finalmente ha cundido el consenso de que la corneja cenicienta es una especie por derecho propio, de la cual se reconocen ya cuatro subespecies.
De punta de pico a punta de cola mide lo mismo que su pariente: entre 48 y 54 cm. Al igual que el resto de córvidos, carece de dimorfismo sexual: ni siquiera me consta que exista alguna ligera variación en el tamaño de machos y hembras. Su dieta es omnivora pero con preferencias carnívoras y carroñeras; consume muchos invertebrados (y con ellos alimenta a sus pollos) pero también pequeños vertebrados: ranas, lagartijas, ratones, pollos de otras aves… Depreda sobre huevos y, siempre que puede, carroñea. Los pequeños animales atropellados le vienen al pelo. Incluso los moluscos pueden tener relevancia en su dieta en según qué zonas costeras. Durante el invierno, cuando no queda más remedio, ingiere pequeñas cantidades de grano y semillas. Y, claro está, frecuenta vertederos. Sería divertido listar toda la comida procesada que puede zamparse en parques y jardines, desde mortadela a magdalenas. Está claro que se ríe de los transtornos estómacales…
Su área de distribución abarca desde el tramo bajo del Llobregat hasta el norte de Escandinavia, aunque es escasa en Francia y solo ocupa el oeste de Rusia (más abundante en el SO). Por el este se extiende hasta el norte de Mongolia, pero allí hay pocas citas. Egipto marca su límite sur, poblando sobre todo el Valle del Nilo y su entorno.
Como buena especie antropófila, se halla en proceso de expansión en varios países de Europa, siendo cada vez más frecuente en muchas ciudades, a diferencia de la corneja negra. No está globalmente amenazada, aunque – tal como le sucede a casi cualquier ave – tiene problemas locales. Por ejemplo, el uso indiscriminado de pesticidas ha mermado radicalmente su población en el Delta del Nilo.
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