¡Rapaces pirómanas!
La especie humana pierde la exclusiva del uso del fuego

Escribo este articulillo basándome en la newsletter nº 44 del HBW Alive titulada “Hunting raptors start fires deliberately”. El texto es breve y se echan de menos un montón de detalles, pero viene a decir lo siguiente: Es bien conocido que muchas rapaces aprovechan los incendios, tanto naturales como provocados por el hombre, para cazar los artrópodos, reptiles y pequeños mamíferos que huyen de las llamas. Pero recientemente, en Australia, se han obtenido pruebas de que tres especies de rapaces recogen ramas ardientes y se las llevan para prender zonas aun sin quemar.

Al parecer, lo hacen sobre todo cuando el incendio principal da síntomas de remitir.Creando nuevos focos, alargan la cacería.

Las especies en cuestión son el milano negro (Milvus migrans), el milano silbador (Haliastur sphenurus) y el halcón berigora (Falco berigora). El texto no da más información, pero a mí se me ocurre una batería de preguntas que, seguramente, también se estarán haciendo quienes, en Australia, se hayan propuesto estudiar este fenómeno:

  • ¿Es una conducta de aparición reciente o esto viene sucediendo desde hace miles de años? ¡Caramba! hasta podría ser que ellas empezaran a usar el fuego antes que nosotros…
  • ¿Fue una especie la que “inventó” este truco – y las otras dos lo aprendieron por imitación – o surgió de forma independiente en las tres especies?
  • ¿Ese recurso es privativo de las poblaciones de rapaces de una zona concreta de Australia o se halla más extendido? ¿Y fuera de Australia?
  • ¿Transportan las ramas con el pico o con las patas? (en el dibujo de cabecera he optado por las patas ya que la mayoría de rapaces transportan las presas de mediano y gran tamaño con las garras)
  • ¿Cómo de lejos consiguen llegar sin que las “antorchas” se les apaguen?
  • ¿Será la gastronomía de “asado a la leña” el próximo descubrimiento de las rapaces? Uséase; ¿van a empezar a cocinar?

Si alguna de estas cuestiones ya tiene respuesta, lo ignoro.

Se ha especulado, sin necesidad de echarle demasiada fantasía, con que nuestros antepasados, en las eras previas a ingeniar el modo de producir fuego, “robaban” ramas de los incendios naturales para iniciar hogueras en sus cuevas, hogueras que debían ser mantenidas continuamente ya que, si se apagaban, era necesario esperar a traer fuego de otro incendio. Y también podían emplearlo, tal como hacen estas rapaces, para prender la vegetación de lugares dónde quisiesen levantar la fauna, y cazarla.

Hasta ahora no se había constatado que ningún otro animal, ser humano parte, usase el fuego intencionalmente y como herramienta, así que acabamos de perder toda una exclusiva al respecto. Opino que semejante notición debería haber ocupado la primera página de la prensa mundial, ni que sea por un día.

Tres rapaces pirómanas

Salvador Solé

Ornitólogo, fotógrafo, viajero y articulista. Socio de SEO/BirdLife desde 2002, colabora con el Grupo Local SEO Barcelona desde su fundación en 2010 y desde el mismo imparte cursos y charlas, también es guía de excursiones ornitológicas divulgativas.

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