Paloma torcaz: colonizador urbano
Paloma torcaz: colonizador pertinaz - ¡Conócelas! 49 – Grupo Local SEO BARCELONA
Originariamente, esta era una paloma de bosque que gustaba de calveros y prados tranquilos donde alimentarse. En los Pirineos todavía lleva su existencia primitiva, habitando hasta allí donde ralean los pinares. Pero en las últimas dos décadas se ha ido adaptando a los ecosistemas antropizados y ahora cualquier arboleda le sirve como enclave de cría y dormidero.
Actualmente resulta entre común y abundante en parques y jardines, así como en zonas agrícolas que conserven algunos árboles.
Aunque es pieza cinegética, su población va en aumento en toda Europa. Según mis observaciones (carentes de base científica) incluso está desplazando a la tórtola turca en algunos enclaves como, por ejemplo, Remolar-Filipinas (Delta del Llobregat). Se ha calculado que, solo en España, cada año se abate un millón de palomas torcaces pero, a diferencia de otras aves que están siendo diezmadas a tiros (perdiz pardilla, chocha perdiz…), la torcaz se ríe de los cazadores quienes no parecen hacer mella en su tendencia expansiva y en su creciente colonización de los entornos urbanos, donde – además – queda a salvo de los perdigones.
Con entre 41 a 45 cm de punta de pico a punta de cola y 77 cm de envergadura alar máxima, su tamaño la pone fuera del alcance de muchos depredadores, colectivo que – sea aviar o mamífero – no pasa por sus mejores momentos. Solo los pollos son vulnerables y como los nidos suelen estar a bastante altura, hasta a los gatos asilvestrados les da palo atentar contra ellos.
La dieta de la paloma torcaz es básicamente vegetariana; hojas tiernas, brotes, flores, bayas, incluso raíces y tubérculos. Pica grano (cereales y maíz) allí donde lo encuentra y también hayucos. En menor medida, consume invertebrados tales como lombrices de tierra, avispas, escarabajos, arañas y babosas.
Su área de distribución abarca Europa, parte de Escandinavia, el oeste de Rusia, algunas partes de Oriente Medio y el extremo N.O. de África (norte de Marruecos, de Argelia y de Túnez). También está presente en las Islas Azores, aunque no en las Canarias. En las latitudes más frescas es un reproductor estival que emigra hacia el sur en otoño, época en que la península ibérica recibe centenares de miles de ejemplares que han criado más al norte.
Sus bandas alares blancas, las manchas blancas en ambos laterales del cuello e incluso su zureo estilo gorrión de ochenta kilos la hace muy fácil de identificar.
Es un ave bien instalada en el parque de la Ciutadella y en Diagonal Mar. Pero, en Catalunya, será raro el sitio por debajo de los 2.000 metros donde, durante un paseo de un par de horas, no se vea alguna.