Águila pescadora: esperando que vuelva
Águila pescadora – Pandion haliaeetus (Osprey)
Yo no recuerdo haber visto más de tres águilas pescadoras juntas pero se trata de una especie cosmopolita que se puede hallar en casi todo el planeta y se ríe de las aves y las personas localistas, que no ven mundo. Evita los polos y la tundra extrema pero, por el sur, llega hasta Melbourne (SE de Australia) y a Puerto Montt (centro de Chile). Por el norte alcanza el centro de Alaska y el norte de Noruega. Aunque en algunas regiones de clima tropical y subtropical tiene poblaciones sedentarias, en los climas frescos y fríos es una especie estival que emigra para pasar el invierno en el hemisferio sur y en el sur del hemisferio norte.
Cría en entornos de lagos, marismas, playas, manglares, pantanos y ríos.
Necesita grandes árboles muertos donde construir su nido, pero en Córcega y Japón (por ejemplo) también usa acantilados de buen tamaño.
En la península ibérica había nidificado de forma escasa pero regular en el siglo XIX y XX. El último nido conocido data de 1982. Y luego prácticamente se extinguió. A partir del año 2000, gracias a las mejoras medioambientales, varias parejas han hecho intentos de cría en Cádiz, Aragón y Euskadi. En el 2012, como parte de un proyecto de reintroducción, se reprodujeron siete parejas en Urdaibai (Vizcaya) y esos son los datos más recientes que he encontrado. Sin embargo, la cría de águila pescadora se ha mantenido, aunque siempre escasa, en Mallorca, Menorca y Cabrera, las Islas Canarias (Tenerife, la Gomera, El Hierro, Lanzarote, Alegranza, Montaña Clara e Isla de Lobos) y en las islas Chafarinas. Obviamente, no todos los años ha criado en todas esas islas ni ha conseguido sacar adelante los pollos en todos los nidos. En Catalunya, la última pareja crió en el Baix Empordà en 1962, aunque se han documentado intentos posteriores, todos fallidos.
En Catalunya, es solo una especie migratoria que se ve durante los pasos pre y postnupciales, con citas de ejemplares que se quedan a pasar el verano y el invierno.
En mi archivo personal (20 años de registro) tengo avistamientos de esta especie en todos los meses excepto mayo y junio, lo cual no significa que no hayan aparecido individuos en esos meses, solo que yo no los vi; tengo más datos en otoño que en primavera.
El sitio ideal es el Delta de l´Ebre (las salines de Sant Antoni le gustan bastante), aunque igualmente aparece cada año por el Delta del Llobregat y Aiguamolls de l´Empordà.
De punta de pico a punta de cola mide entre 55 y 58 cm. De punta a punta de ala es muy variable; entre 127 cm – como un busardo ratonero (Aligot comú) de buen tamaño – a los 174 cm, como una culebrera europea (Àguila marcenca). Las hembras suelen ser, en promedio, algo mayores que los machos y tienden a lucir más motas en el pecho, de manera que el ejemplar que se pasea arriba y abajo por las fotos de este artículo tiene un 75% de probabilidades de ser un señor.
Su dieta es casi exclusivamente ictiófaga con peces de entre 150 y 300 gr de peso, aunque se han documentado capturas de hasta 2 kilos. Cuando debe transportar lejos una pieza, la agarra de manera que la cabeza del pez mire hacia adelante y la cola, hacia tras; de esta forma aprovecha la hidrodinámica del pez a modo de aerodinámica pues así ofrece menor resistencia al aire. Como no le gusta sumergirse, pilla pescados que se hallan muy cerca de la superficie. Un dato curioso: se le ha visto dejar caer caracolas contra rocas para comerse el molusco de su interior, aunque difícilmente habrá aprendido el truco de los quebrantahuesos. Se han encontrado cadáveres de aves (cormoranes y gaviotas) en nidos de Arabia pero no se le ha visto capturarlos.
A nivel mundial es un ave entre frecuente y abundante a la que se le calcula un censo global de 500.000 ejemplares maduros, así que no está considerada en peligro de extinción.
