Aguilucho lagunero occidental: el cazador discreto
Arpella vulgar – Circus aeruginosus (Marsh Harrier)
Quienes frecuentamos los humedales ibéricos estamos familiarizados con su silueta; sin ella, el paisaje de la laguna no parece completo. Planea bajo buscando presas, durante horas. O permanece posado, descansando y oteando la marisma. En cualquier caso, es la rapaz por defecto de este tipo de ecosistemas, en esta parte del mundo. Está tan ligado a él que incluso construye el nido entre el carrizo. No obstante, en los secanos de Lleida también es una especie frecuente que, durante sus expediciones de caza, se aleja mucho del agua y sobrevuela el cereal, aprovechando el triste declive de su competidor tradicional en ese medio, el aguilucho cenizo (Esparver cendrós).
Los ornitólogos solemos comentar las pocas veces que hemos visto a un lagunero cazar algo, en contraste con la de horas que el bicho dedica a planear en busca de presas y aun teniendo en cuenta que, con frecuencia, la vegetación oculta sus lances exitosos. Mientras que el azor (Astor) y el águila calzada (Àguila calçada), incluso volando alto, causan el pánico en la laguna y levantan hasta a los flamencos, si al lagunero no se le ve muy lanzado y rasando el agua, sus víctimas potenciales apenas le hacen caso y, a menudo, solo las avefrías europeas (fredeluga) alzan el vuelo, casi como por educación. Sin embargo, no se me olvidará el día en que vi a una hembra de lagunero aparentemente flotando sobre el agua, tal cual un pato. Era algo insólito cuya justificación se reveló en breve; la rapaz estaba ahogando una focha común (Fotja) mediante el práctico método de sentarse sobre ella y mantenerla sumergida. La focha consiguió emerger en varias ocasiones pero el aguilucho la tenía bien agarrada y terminó saliéndose con la suya; luego la arrastró fuera del agua para comérsela en la orilla. En otra ocasión lo vi capturar una avefría europea (Fredeluga) y no hace mucho pillé a un ejemplar que transportaba una rata entre las garras. Pero todo eso a lo largo de 22 años de observación… Y no es que sea un especialista; su abanico de presas es tan amplio que abarca cualquier vertebrado de pequeña o mediana talla que pueda llevarse a las garras, desde aves – incluidos polluelos y huevos – hasta peces, pasando por lagartos, roedores, gazapos, anfibios e incluso invertebrados variados. Según el lugar y la época tira más de un recurso trófico o de otro; donde abunden las ranas (cosa que ya apenas sucede) se dedicará a ellas y cuando los patitos salen del huevo se cobrará su tributo. Los depredadores como este regulan las poblaciones de otros animales evitando excesos de población que podrían perjudicar al ecosistema y, de rebote, al resto de sus usuarios.
En Catalunya crían unas 60 parejas (datos de 2009) con una alta concentración en el embalse de Utxesa
De punta de pico a punta de cola el aguilucho lagunero occidental mide entre 43 y 54 cm. Las hembras suelen ser de mayor tamaño y peso que los machos y alcanzan los 145 cm de envergadura alar. Aunque los juveniles (foto de cabecera) son parecidos a las hembras, pero sin manchas claras en las alas, los adultos se ríen de la moda unisex, pues son muy distintos; en la foto de abajo ilustro, a la izquierda una hembra vieja, con grandes parches color turrón de Jijona en las alas y la mayor parte de la cabeza del mismo tono. Y a la derecha vuela el macho adulto, con un diseño alar diferente y cola blanquecina, pero mostrando una atípica cabeza oscura ya que lo normal es que esta sea similar a la del milano real (Milà reial).
En varias zonas del área mediterránea (España, Portugal, entorno del Mar Tirreno y puntos de Turquía) es una rapaz residente, igual que en el oeste de Francia, el NO de África (solo en el norte de Marruecos, Argelia y Túnez) y reductos dispersos por Irak e Irán. Pero llega en primavera, para reproducirse, a Centroeuropa, sur de Escandinavia, países septentrionales de Oriente Medio, centro-sur de Rusia, Kazajstán y NO de Mongolia. Luego emigra en otoño al valle del Nilo, el África subsahariana, algunos puntos del entorno mediterráneo (Italia, Grecia, Turquía…) Pakistán, la India e incluso Sri Lanka. Los que pasan el invierno más lejos de Portugal lo hacen en el este de Myanmar.
Es fácil de observar en invierno en el delta del Ebro donde se reúnen entre 300 y 400
Los datos más recientes que he conseguido sobre la reproducción del aguilucho lagunero en Catalunya datan del 2009. Ese año se detectó la cría de 60 parejas que consiguieron sacar adelante 124 pollos (una buena ratio de éxito) pero dispersas en nada menos que 32 localidades y con la colonia principal (15 parejas) en el embalse de Utxesa. Son muy pocas las que crían en el Delta de l´Ebre y Aiguamolls de l´Empordà. Años ha, la ampliación del aeropuerto expulsó a la última pareja que anidaba en el Delta del Llobregat.
En invierno nuestra población residente recibe la visita de parientes del centro de Europa y oeste de Rusia. En el 2009 se censó un total de 618 ejemplares en Catalunya. Por esa época, el grueso de los invernantes se concentra en el Delta de l´Ebre, donde llegan a contarse entre 328 y 433 individuos. En las temporadas de paso hay días en que algunos humedales parecen invadidos por esta especie, mientras que, entre finales de mayo y mediados de agosto se nota mucho su escasez ya que solo contamos con los residentes.
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