Alondra común: cantor de altura
Alosa vulgar – Alauda arvensis (Eurasian Skylark)
Existe un club exclusivo, al que pertenecen muy pocas aves; son “las líricas”, aquellas especies que han aparecido reiteradamente en poemas; el ruiseñor común, la golondrina común… y, entre otras, la alondra común. Todas son aves comunes en el medio rural (o lo eran…) nada que ver con la gaviota picofina, el bisbita alpino, el pico menor…
Hay que reconocer que la fama poética tiene cierta base; al igual que la calandria común, la alondra canta en vuelo, “duchándote” con sus ricas notas y creando un ambiente de lo más relajante y pastoral. De hecho, se eleva tanto que a veces no se la alcanza a ver y la melodía parece surgir del aire; con eso ya tienes inspiración sobrada para unos versos.
En Catalunya es más probable encontrarla en prados secos del prepirineo y Pirineos occidentales, así como en la comarca de la Segarra y su entorno
Es lógico que, en espacios abiertos, llanos y sin árboles, haya aves que canten en vuelo ya que así el sonido llega más lejos que si se emitiese a ras de tierra. Cuando hacen esa exhibición se exponen a las posibles rapaces ornitófagas, pero “reírse” de ellas es parte del alarde nupcial de los machos, fenómeno de selección natural muy extendido.
Tal como sucede con otras especies de aves canoras, el aspecto de la alondra común es discreto, pues ha evolucionado para camuflarse. Por eso es fácil confundir a la alondra común con otros aláudidos tales como la terrera marismeña o una cogujada montesina con poca cresta, especies que pueden coincidir en la misma zona; hay que pegar el ojo a la guía y afinar el oído para aprender a distinguirlas. De punta de pico a punta de cola mide entre 16 y 19 cm, pero, aunque los machos tienden a ser algo mayores que las hembras, ambos presentan el mismo aspecto. Se alimenta de invertebrados, semillas y materia vegetal variada. Al igual que muchas otras aves, es mayoritariamente vegetariana en otoño-invierno e insectívora en primavera-verano.
En Catalunya, la alondra común ocupa cierta variedad de ecosistemas, desde el nivel del mar hasta los 2.800 m de altitud. Es más probable encontrársela en prados secos del prepirineo y Pirineos occidentales, así como en la comarca de la Segarra y su entorno, donde alcanza las más altas cotas de densidad; 11 parejas por kilómetro cuadrado. Frecuenta ecosistemas herbáceos y agrícolas (sobre todo cereal), tolera bien el matorral y no tanto los árboles, aunque también puede criar entre frutales. El ICO calculó su población catalana en entre 32.700 y 71.000 parejas (datos del 2002). Aunque es una especie con estatus de conservación clasificado de “preocupación menor” la intensificación de los cultivos que elimina los márgenes de matorral y los barbechos, así como el efecto indirecto de herbicidas e insecticidas, son sus mayores amenazas y pueden dar lugar a extinciones locales.
El nombre inglés le hace justicia porque será común o vulgar solo donde lo sea, pero su mapa de distribución mundial abarca toda Eurasia excepto la zona ártica de Siberia. En climas templados, desde Portugal hasta el SE de Kazajstán, tiene poblaciones sedentarias que realizan cortas migraciones altitudinales cuando llega el frío y cuando retorna la primavera. También es sedentaria en el sur de Japón. Pero en los climas continentales y boreales, desde Polonia y Escandinavia hasta la península de Kamchatka (extremo oriental de Rusia) es un ave estival que pasa los inviernos en el este de China, Oriente Medio, Oriente Próximo y el África mediterránea; la franja que va de Egipto hasta el SO de Marruecos. En la península ibérica es principalmente residente.
Las aves de la A a la Z (SEO Birdlife)
SIOC – Servidor d’informació ornitològica de Catalunya
Handbook of the Birds of the World