Cigüeña negra: primitiva y anticolonial
Cigonya negra - Ciconia nigra (Black Stork)
Esta dama se reproduce en Huelva, Badajoz, Cáceres, Salamanca y Zamora. Sin embargo, en el resto de la península ibérica es solo ocasional, escasa en migración y escasa como invernante. No he encontrado citas de cría en Catalunya. Aunque su área de distribución mundial – de la que hablo más abajo – es enorme, en toda Eurasia solo es sedentaria en las cinco provincias que he mencionado así como pocos kilómetros al otro lado de la frontera con Portugal.
De punta de pico a punta de cola mide entre 95 y 100 cm y su envergadura máxima alcanza los 155 cm que es prácticamente el mismo tamaño que la cigüeña blanca (Cigonya blanca) cuyos mayores ejemplares pueden ser unos pocos centímetros más grandes. Como sucede con otras cigüeñas, el macho – solo en promedio – puede medir algo más que la hembra: se puede decir que carece de dimorfismo sexual.
Morfológica y conductualmente se la considera la más primitiva del género Ciconia (siete especies en el mundo) lo cual significa que sus adaptaciones al medio funcionan tan bien que no ha sufrido presión evolutiva para cambiar.
El 60% de la población reproductora española nidifica en acantilados fluviales, mientras que el restante 40 % opta por grandes árboles en la dehesa, principalmente encinas y robles centenarios. No es nada colonial y cada pareja monta el nido lejos de otras ya que se ríe de las aglomeraciones típicas de su pariente blanca.
Necesita cursos de agua y lagunas con suficiente cantidad de peces – su plato principal – y, a poder ser, insectos, caracoles, cangrejos, anfibios y reptiles, como complemento dietético.
Salvo en el África meridional (del sur de Malawi para abajo) y en el oeste de la península ibérica, la cigüeña negra es una ave migratoria cuya principal área de cría abarca – con grandes huecos geográficos – desde Francia hasta Corea del Norte y el sureste de Rusia (Primorie, Jabárovsk…) manteniéndose al filo de la región boreal y ocupando la mitad norte de China, toda Mongolia y, ya de forma discontinua, hacia el oeste hasta Europa, incluidos países mediterráneos que median entre Turquía y puntos concretos del sur y el norte de Italia. Como zonas de invernada ocupa, también de manera parcheada, desde el sur de Corea del Sur hasta el oeste de la India. En África pasa el invierno en algunos países subsaharianos, pero no en todos. Es mucho territorio para una población mundial calculada, como máximo, en 22.000 parejas. Pero, por ahora, no se le considera amenazada porque, aunque hay lugares donde está en retroceso, en otros se mantiene estable y en varios va en aumento. Sin embargo, faltan datos en la mitad este del paleártico (China y Rusia). La población Europea se calcula entre las 7.800 y las 12.000 parejas, aunque intuyo que esa información tiene ya más de quince años. Un censo del año 2017 en España localizó 388 territorios ocupados lo que supondría, calculado a ojo entre adultos y jóvenes, más de 900 ejemplares.
La buena noticia es que, a pesar de su pretendido primitivismo, parece estarse adaptando a la deforestación moderada en el centro y oeste de Europa (no así en la Europa del este). También parece tolerar mejor la proximidad humana, si bien esa sería una de sus reticencias más comprensibles…
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