Collalba negra: friolera entre las rocas
Còlit negre – Oenanthe leucura (Black Wheatear)
Asociada a precipicios y roquedales empinados – con o sin matorral – la collalba negra tiene una extraña aversión a los terrenos llanos, así que se ríe de las aves que, como la cogujada común, los prefieren.
De punta de pico a punta de cola mide entre 16 y 18 cm. El plumaje de las hembras es de un tono pardo oscuro y el de los machos prácticamente negro mate; esa es toda la diferencia visible entre sexos, diferencia difícil de observar si la luz no es favorable. El ejemplar de la foto de abajo es un juvenil que no llega a los tres meses de vida, mientras que el de la cabecera es un macho adulto. Lo suyo son los climas secos e incluso desérticos. Resulta muy sensible a las heladas prolongadas y de ahí que no haya cruzado los Pirineos ni se le halle, al menos en la península ibérica, a más de 1.000 metros. No obstante, hay citas de esta especie a 1.500 m en el Moncayo y a 1.800 m en Sierra Nevada y a 3.000 m en la cordillera del Atlas.
Cría en agujeros bajo rocas, en cavidades en paredes, edificios en ruinas, etc.
Su dieta consiste en invertebrados variados; hormigas, saltamontes, mantis, arañas, milpiés e incluso escorpiones pequeños. También depreda sobre crías de lagartijas y, de tarde en tarde, come bayas de diversos arbustos e incluso olivas, aunque sin anchoa.
En la Europa política (según la conocemos en 2017…) solo hay tres especies de collalbas y las tres crían en España. Pero la collalba negra es la única residente ya que la gris y la rubia son migrantes trans-saharianas. Mientras que la collalba rubia se extiende por todos los países mediterráneos y la gris, además, sube hasta el norte de Escandinavia, los únicos países europeos donde cría la collalba negra son España y Portugal (pequeñas poblaciones cerca de la frontera con España). En el norte de África su área de distribución traza un ancho arco que va desde el oeste de Mauritania hasta el NO de Libia pasando por el Sáhara oriental, Marruecos, Argelia y Túnez. Está ausente de las Islas Canarias y las Baleares. Así que su distribución mundial puede considerarse pequeña y – por lo tanto – bastante exclusiva.
De la veintena larga de especies de collalba sólo tres están presentes en Europa, y la collalba negra es la única residente.
En Catalunya el grueso de su población se concentra en las comarcas del Segrià, Garrigues, Ribera d´Ebre, Terra Alta y Baix Camp. Las parejas mas septentrionales de Catalunya están al oeste del Pallars Jussá, pero luego solo tenemos pequeños núcleos dispersos por la Noguera, la provincia de Barcelona (por ejemplo, en Garraf y Montserrat) y resto de Tarragona. En el Atlas del ICO (año 2002) se estimó que, en Catalunya, tenemos entre 400 y 630 parejas, así que este no es lo que se dice un pájaro común.
En la comarca de Les Garrigues (Lleida) encontramos algunos enclaves favorables a la observación de la collalba negra en Catalunya.
Dos lugares donde suelo hallarla (echándole paciencia, claro) son el entorno de las Coves de El Cogul y el final de la pendiente rocosa de Mas de Matxerri, ya tocando a la masía de ese nombre, en Mas de Melons. Ambos enclaves se hallan en la comarca de Les Garrigues (Lleida).