Pico picapinos: percusionista contumaz
Picot garser gros - Dendrocopos major (Great Spotted Woodpecker)
Fase 1, detección: Cuando trepa por troncos y ramas, se concentra en escuchar el sonido que producen las larvas de los grandes insectos xilófagos (básicamente escarabajos) al roer la madera con sus poderosas mandíbulas. Cuando oyen algo razonablemente cerca de la superficie pasan a la fase 2, perforación; agujerean el tronco a picotazos hasta alcanzar la galería que ha ido excavando la larva. Fase 3, extracción; consiste en meter su larga lengua – terminada en un pequeño arpón, cual sonda asesina – para capturar a su víctima. Fase 4, digestión. Pero a veces se conforman con picotear hormigas, a menudo también en el suelo.
El pico picapinos es, junto al pito real ibérico (Picus sharpei), nuestro pájaro carpintero más común. Cualquier arboleda le puede servir, desde el nivel del mar hasta los 2000 m. Prefiere bosques con árboles viejos y madera muerta, pero, de facto, se conforma con menos.
Lo tenemos en Collserola (Barcelona), así como en el Bosc de Virós (cerca de Llavorsí), por solo citar dos enclaves catalanes bastante alejados entre sí.
Es de hábitos sedentarios y no realiza nada que se pueda llamar migración. Los jóvenes, expulsados del territorio de sus padres, se dispersan buscando una zona sin propietarios de su misma especie y protagonizan desplazamientos de escasos kilómetros, así que – supongo – el pico picapinos se ríe de la épica. Su área de distribución mundial es enorme; va desde las Islas Canarias hasta la península de Kamchatka, a lo largo de toda Rusia, llegando al extremo oriental de Siberia. Está presente en el norte de Marruecos, de Túnez y el N.E. de Argelia. También habita Japón, pero no las zonas tropicales y esteparias del centro de Asia.
Como la mayoría de los pícidos, produce sonidos de percusión golpeando ramas y troncos secos con el pico, en rápida sucesión. Ese sonido, llamado tamborileo, sirve para convocar a las hembras (cuando lo consigue, claro) y advertir a los otros machos de las ambiciones territoriales del emisor.
De punta de pico a punta de cola mide entre 20 y 24 cm. La subespecie nominal vive en Escandinavia y tiene el pecho blanco, pero en la “nuestra” (D. m. ibericus) el color depende del individuo y no es raro que presenten pecho y vientre de tono ocre sucio, como la hembra que aparece en la foto de cabecera. La diferencia de plumaje entre los sexos se reduce a si tiene parche rojo en la nuca (macho, foto de abajo) o no.
Su dieta es más amplia de lo que cabría suponer; además de larvas de escarabajos y hormigas, se zampa casi cualquier invertebrado que pueda capturar, incluidas arañas, abejas, mariposas, etc… Visita los comederos de semillas, pica bayas, consume frutos secos diversos, incluidas las bellotas e incluso se le ha visto carroñeando los cadáveres de pequeños mamíferos.
