Zorzal común: resguardarse en los parques
Tord común – Turdus philomelos (Song Thrush)
Aunque el zorzal común es residente en Catalunya y el resto del tercio norte ibérico, los miles de ejemplares que llegan del centro y norte de Europa a mediados de otoño determinan que la especie sea mucho más abundante entre noviembre y marzo. Al estar declarados “piezas cinegéticas” es lógico que resulten asustadizos y difíciles de observar. Por eso suele ser en los parques y jardines donde a veces podemos hallar ejemplares más confiados. Es el caso del Parc de la Ciutadella (Barcelona) en invierno y del Parc Nou (Olot) todo el año.
Hablamos de un ave forestal de amplio espectro que cría desde el nivel del mar hasta los 2.200 metros de altitud (en Suiza) y que gusta de bosques y arboledas alternados con prados, pastos y campos agrícolas. Ha colonizado muchas zonas verdes urbanas de Europa, recurso que lo pone a cubierto de los cazadores humanos pero lo expone más a los cazadores felinos (gatos domésticos y asilvestrados).
Buenas zonas para verlo en Catalunya son el Parc de la Ciutadella en Barcelona durante el invierno, o el Parc Nou de Olot durante todo el año
Su distribución mundial se divide en tres franjas; el enorme territorio que va desde Alemania, Suiza y Noruega hasta el NO de Mongolia pasando por la Rusia occidental y el norte de Kazajstán es el área de cría estival de la gran población migratoria. Es sedentario desde Irlanda hasta Azerbaiyán y el norte de Irán, a través de los países que quedan al norte del Mediterráneo. Eso incluye la península ibérica que, no obstante, ya es terreno mixto pues en ella mezclan áreas de aves sedentarias (más densas cuanto más al norte) con el resto del territorio donde solo aparece como especie invernal. En los meses fríos está presente en toda la orilla mediterránea (norte y sur) incluidos los litorales de Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Egipto. Los más viajeros o frioleros se extienden hacia el sur por el valle del Nilo y la orilla occidental del Mar Rojo e incluso los hay que vuelan al oeste de Mauritania.
La dieta del zorzal común está exhaustivamente estudiada pero resumiré diciendo que se alimenta de invertebrados, bayas y semillas. Durante la primavera y el verano consume sobre todo insectos, lombrices, caracoles (le chiflan los caracoles), cochinillas, milpiés y tal y durante el invierno recurre más a los arándanos, las semillas e incluso las olivas. Al igual que al mirlo común y demás parientes zorzales, levanta hojas caídas a la búsqueda de bichos.
No le hace ascos a casi nada, aunque le chiflan los caracoles
De punta de pico apunta de cola mide entre 20 y 23 cm y no hay forma de distinguir a simple vista los machos de las hembras. Los jóvenes, con tres o cuatro meses, desaparecidas las boqueras, ya son prácticamente idénticos a los adultos. Tiene un canto bastante variado pero le gusta repetir algunas frases, como para dejar claros ciertos conceptos.
Su amenaza más clara es la intensificación agrícola que elimina los setos y las arboledas donde se refugia y cría. En Inglaterra ha sufrido un fuerte descenso de población. Por otro lado, parece que – en general – resiste el azote de la caza humana sin disminuciones significativas, quizás porque siendo relativamente pequeña y rápida, es un ave a la que resulta difícil de acertar y muchos cazadores prefieren piezas menos correosas.