Águila mora: vuela morena, vuela con garbo
Geranoaetus melanoleucus – (Black-chested Buzzard-eagle)
No la busquéis en vuestra guía de aves porque jamás se ha visto por Europa, salvo quizás como escape de algún zoo o colección particular. El águila mora es una rapaz propia de los dos tercios meridionales de Sudamérica, desde Tierra del Fuego por todos los Andes hasta Venezuela, y también presente en la zona este de Brasil hasta Rio Grande do Norte, aunque ausente de la mayor parte de la cuenca amazónica. Si bien el aspecto de ambos sexos es el mismo, la hembra es más grande y llega a pesar casi el doble que el macho. De punta de ala a punta de ala alcanza (la hembra) los 184 cm. El juvenil es del color marrón oscuro que le ganó el nombre en castellano, nombre que es todo un alarde de imaginación porque más de la mitad de las águilas son oscuras en un plumaje u otro, así que adjetivarla “mora” es casi tan sagaz como llamarla “voladora”. Como veis, lo que resulta en ella distintivo es la inusual anchura de las alas en su base y esa minúscula cola romboidal, diríase una minifalda.
Habita principalmente laderas no demasiado arboladas en zonas montañosas, aunque más llanas – y más frescas – cuanto más al sur.
En los Andes dispone de laderas por un tubo, pero no suele subir más allá de sus faldas, hasta los 3.500 metros, generalmente más abajo. No obstante, alguna vez se la ha visto de excursión por los 4.600 metros.
Como puede deducirse de su amplia área de distribución, la dieta varía de un lugar a otro, pero, en general, el 80% de lo que caza y come son mamíferos. Según dónde depreda mucho sobre la liebre europea (introducida) pero se ha documentado una amplia variedad de presas, desde zorro gris (Lycalopes griseus) a pájaros diversos pasando por roedores autóctonos, reptiles y hormigas voladoras. Como tantos carnívoros, el águila mora se ríe del apio.
No se han detectado desplazamientos importantes fuera de la lógica dispersión juvenil, por lo que se trata de una especie particularmente fiel a sus amplios territorios.
La urbanización y el veneno son sus peores enemigos, pero este segundo factor va menguando lentamente (no así el primero). Y, de todas formas, dada su preferencia por la montaña, aun se la considera común en muchas partes; solo localmente se ha documentado la reducción de su presencia. En involuntaria compensación, la introducción del conejo y la liebre europea le ha proporcionado nuevas fuentes de alimentación, así que tenemos águila mora para rato.