Garza real: la garza por defecto
Bernat pescaire - Ardea cinerea (Grey Heron)
En Catalunya, la garza real es la gran ardeida “por defecto”. Con sus 98 cm de punta de pico a punta de cola y hasta 195 cm de envergadura alar, los legos llegan a confundir a este pajarraco con un águila. Se la encuentra en casi cualquier lugar que esté a menos de cinco km. de un río, embalse o humedal, llegándose a adaptar a estanques en parques urbanos. Sigue las corrientes fluviales tan arriba en los macizos montañosos como puede ser el Port de la Bonaigua, a 2072 metros de altitud.
Podemos encontrar una colonia de cría en el zoológico de Barcelona, fuera de las jaulas.
Sin pudor, frecuenta vertederos junto a la plebe de gaviotas, cigüeñas, milanos, garcillas bueyeras, etc… Y es que – como a cualquiera – le gusta el trabajo fácil. No obstante, cuando no cede a la seducción de la comida-basura, su especialidad es la captura de peces de hasta medio kilo de peso. Pero no os perdáis la lista de lo que, más allá del pescado, puede llegar a capturar y zamparse; ranas, sapos, lagartos, tortugas, ofidios, cangrejos de río, roedores y, ocasionalmente, gazapos o ardillas. Las aves tampoco caen fuera de su dieta. Aunque son presas poco comunes, se ha citado depredación sobre abubillas, avefrías, cercetas comunes, zampullines, martines pescadores, agachadizas… Incluso se las ha visto cazar al vuelo alguna golondrina. Vamos, que lo suyo son las proteínas allí donde las encuentre y por eso la garza real se ríe del jaguar en cuanto a espectro alimentario, lo cual, quizás sea una exageración.
Mientras que las poblaciones rusas y el centroasiáticas son migratorias y pasan el invierno alrededor del Mediterráneo, Tailandia y el centro de la India, en el centro, sur y N.O. de Europa, toda África (excepto el Sáhara) y el S.E. de China son mayormente residentes.
En España y Catalunya, la garza real es común y conspicua; raro será el humedal donde no resulte una de las aves más evidentes.
Debido a ello, aun en detrimento de la estampa “de libro” que creo prescindible en este caso, he preferido presentar a un ejemplar adulto en una actitud inusual, con todas las plumas ahuecadas en una actitud aparentemente combativa que quizás sea una manera de refrigerarse bajo el duro sol del mes de agosto (no había ningún “enemigo” a la vista). O quizás sea el ensayo del lucimiento nupcial para la siguiente temporada, vete a saber. La foto está tomada en el Delta de l´Ebre, uno de tantos sitios donde abunda.
