Tangara del paraíso: color en las copas
Tangara chilensis (Paradise Tanager)
Hay una familia de paseriformes (Thraupidae) que abarca nada menos que 408 especies y que, en Europa, no tiene ningún representante porque es una familia estrictamente americana cuya área de distribución abarca desde el sur de Canadá hasta el norte de Argentina; a despecho de su apellido científico, no vive en Chile; misterios de la ciencia.
La familia Thraupidae incluye más de 400 especies, todas en América.
En consecuencia, mucha gente de por aquí ignora que existen las tangaras y resulta que no pocas de ellas se encuentran entre las aves más coloridas del planeta. Un ejemplo de cromatismo desaforado es el de la tangara del paraíso que, vista de lejos, parece un muñeco – puesto para decorar los árboles – que se ríe a carcajadas de la discreción. Machos y hembras presentan el mismo aspecto y, aunque más robusta, es del tamaño de una curruca pequeña pues de punta de pico a punta de cola mide entre 12 y 13 cm; “nuestra” curruca capirotada (Tallarol de casquet) ya mide 14 cm.
La tangara del paraíso vive en un arco de países que va desde la Guayana francesa hasta Bolivia pasando por Venezuela, Colombia y Perú, así como el oeste y el norte de Brasil.
Es un habitante del dosel arbóreo selvático, así que no siempre es fácil de ver ya que suele estar muy arriba. Pero también frecuenta el entorno de claros forestales y vegetación algo más baja, desde el nivel del mar hasta poco más de los 1.500 m sobre el mismo. Se alimenta de frutas bayas y pequeños invertebrados, según lo que ofrezca el lugar y la época del año. Típicamente busca su comida a entre 25 y 50 metros de altura, aunque desciende por debajo de los 25 cuando le conviene. Como habita un entorno tropical rico en nutrientes, es de hábitos sedentarios y no se le ha visto realizar ningún desplazamiento que se pueda llamar migración. Afortunadamente, sobre ella no pesan grandes amenazas de conservación ya que es común en muchas zonas, entre ellas, grandes parques nacionales.
