Acentor común: un pajarillo modesto
Pardal de bardissa – Prunella modularis (Dunnock)
Al acentor común no le va el rollo de l@s influencers y youtubers, siempre llamando la atención sea como sea; se ríe del afán de notoriedad y desde su elegante discreción nos recuerda que “Vanitas vanitatum et omnia vanitas”. Predicando con el ejemplo, forma parte de un nutrido grupo de aves desconocido para el común de los mortales. Sin embargo, cuando alguien que lo tenía por un bicho-pardo-del-montón consigue verlo de cerca por primera vez, casi invariablemente dirá; “¡pero si es precioso!”. Y es que elegancia y espectacularidad son virtudes que pueden ir juntas, sí, pero también cada una por su lado.
Puesto que es una ave poco llamativa y a menudo escondidiza, resulta sorprendente leer que en Catalunya se le calcula una población residente de entre 52.000 y 92.000 parejas. A la hora de criar, ese mogollón se concentra en los dos tercios occidentales de nuestro pre-pirineo y Pirineos, aunque existen pequeños núcleos de población en Ports de Beseit, el Montseny y el Montsec. Así pues, en primavera y verano sube a terrenos altos, con matorral y árboles dispersos, a menudo en el límite del bosque y hasta por sobre los 2000 m s. n. m. Sin embargo, en invierno desciende hasta el nivel del mar, se esparce por todo el territorio y se mezcla con los “turistas” invernantes del norte de manera que, solo en Catalunya, y en los meses fríos, llega a haber una media de 353.000 ejemplares, con máximos estimados de 436.000. Vistos estos números, nadie tiene excusa para no dar con él. Entre noviembre y marzo pulula por cualquier sitio que tenga densa cobertura vegetal, incluidos parques y jardines bien dotados de matorral. Suele permanecer en, o cerca de, los arbustos, de ahí su nombre catalán. Es mucho más tímido que su pariente el Acentor alpino (Cercavores) pero también mucho más abundante y extendido.
En Catalunya se le calcula una población residente de entre 52.000 y 92.000 parejas.
De punta de pico a punta de cola mide 14,5 cm. La hembra tiene un plumaje algo menos contrastado que el macho pero es una diferencia tan sutil que, habitualmente, no se distinguen los sexos si no es en mano (anillamiento). Su dieta varía con las estaciones; menú de artrópodos diversos en primavera-verano, menú de semillas en otoño-invierno aunque, siempre que pueda, pillará bichitos.
El área de distribución mundial del acentor común abarca desde las islas Feroe, Dinamarca, Irlanda y el oeste de la península ibérica hasta Irán. En ese rango tiene “salpicadas” sus poblaciones residentes alrededor de las cuales (y, hacia el sur, hasta puntos de Marruecos, norte de Túnez, de Egipto y NO de Libia) se extiende en invierno, incluyendo todas las islas del Mediterráneo. En verano, sus poblaciones migratorias “invaden” Escandinavia, la Europa septentrional y el oeste de Rusia.
Quien lo quiera ver cantando, desde mediados de primavera puede visitar el Port de la Bonaigua.
En este mismo enclave se pueden encontrar otras aves tan interesantes como la collalba gris (Còlit gris), el alcaudón dorsirrojo (Escorxador), el roquero rojo (Merla roquera), el verderón serrano (Llucareta), el escribano cerillo (Verderola) y, con mucha suerte, incluso el mirlo capiblanco (Merla de Pit blanc) y la chova piquigualda (Gralla de bec groc). Recordad que este año 2018, desde el grupo local organizamos, para el primer finde de junio, una visita ornitológica pirenaica a esa zona y la de Araós.