Pardillo común: dar nombre a la candidez
Passerell comú – Linaria cannabina (Common Linnet)
De alguien que se comporta con excesiva ingenuidad – o que no se entera – decimos que es un pardillo. Posiblemente el origen de esa expresión, aplicada a las personas, está en el discreto aspecto de nuestro protagonista de hoy. Discreto siempre que se piense en el plumaje femenino, el juvenil o el del macho en eclipse ya que el macho nupcial se ríe de su sambenito pues nadie lo calificaría de “pardillo”, tan vestido de rojo (véase la foto que cierra el artículo). Se trata de un fringílido, es decir, un pariente del jilguero europeo (Cadernera), el verderón común (Verdum), el pinzón vulgar (Pinsà comú), etc… Suele ir en bandos que pueden ser de unos pocos ejemplares pero a veces de varios cientos.
Vive en páramos de brezo, terrenos arbustivos, arboledas laxas, límites de cultivos, barbechos, huertos, prados alpinos y subalpinos, generalmente por debajo de los 2000 metros, con el record de 3.600 metros en el Atlas marroquí. Rehuye por igual los desiertos y el interior de los bosques.
Aunque resulta común en Catalunya y puede aparecer en casi cualquier lugar apto para su estilo de vida, el único sitio donde casi siempre me lo encuentro es al norte de la ermita de Les Ares, en plena subida al Port de la Bonaigua, junto a la carretera, entre pedruscos y hierbecillas. Y, eso, claro está, solo a finales de la primavera y en verano. Pero seguro que lo veréis, de vez en cuando, mucho más cerca de vuestra casa.
Según el Atlas del ICO, como mínimo 114.000 parejas crían en Catalunya, con un máximo de 200.000, en años buenos. Es bastante más frecuente en las provincias de Lleida y Tarragona que en Girona y Barcelona. Las comarcas donde más abunda como reproductor serían Les Garrigues y el sur del Segriá. Además, en invierno nos llegan ejemplares que criaron en el centro y norte de Europa, así que hablamos de una especie muy extendida por aquí. Y tampoco escasea en el resto de la península ibérica. Parece que nuestras poblaciones de pardillo común se mantienen estables, aunque hay regiones donde sufren cierta oscilación. Sin embargo, doce países de Europa muestran tendencias negativas. Su némesis es la agricultura intensiva que destruye los márgenes, prescinde de barbechos y abusa de herbicidas. La reforestación, intencional o espontánea (por abandono del campo) tampoco le beneficia.
De punta de pico a punta de cola mide entre 13 y 14 cm. La hembra típica preside la foto de cabecera y un macho “reventón” se luce en la foto del final. En plumaje de eclipse, el macho pierde todo el rojo y, en el pecho, se queda con el mismo tono ocre apastelado de la hembra, aunque quizás la cabeza es un poco más gris que parda. No obstante, en invierno se pueden hallar machos que conservan parte de sus tonos colorados.
Común en Catalunya puede observarse en casi cualquier lugar apto para su estilo de vida. Un lugar que no suele fallar es al norte de la ermita de Les Ares, en plena subida al Port de la Bonaigua en verano
Se alimenta sobre todo de semillas pequeñas y medianas procedentes de un variado menú de flores, arbustos e incluso árboles. También consume invertebrados; adultos y larvas de efímeras, saltamontes, polillas, moscas, arañas, e incluso caracoles menudos.
Su área de de distribución mundial abarca desde la isla de Madeira (y las Canarias) hasta la esquina NO de China. Con hábitos sedentarios lo hallamos en climas templados, como muy al norte, hasta Ucrania y Escocia. Pero en el sur de Noruega y Suecia, así como en Estonia, Letonia, Bielorrusia y el SO de Rusia es una especie estival. También habita la franja mediterránea norteafricana, sobre todo Marruecos, el norte de Argelia y Túnez. Presenta un gran vacío de ocupación en Kazajstán, Uzbequistán y Turkmenistán. En algunos países, como Irán y Egipto es mayormente invernante.
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